Víctor nació para la pelota un 22 de junio de 2013. Lo hizo en el frontón San Lorenzo de Ezcaray, acunado por Asegarce. Ayer volvió a nacer, pelotísticamente hablando, en su estreno como nuevo pelotari de Aspe, promotora que le ha recuperado tras diez meses de ostracismo. El ezcarayense se quedó a las puertas de la victoria, tras perder por 21-22 ante Salaberria en un encuentro duro e intermitente en el que los fallos superaron a los aciertos. El de Goizueta se cita ahora con Altuna en la semifinal de la ‘jaula’ foral del cuadro de Aspe.

Víctor, muy exigido físicamente tras tantos meses  sin competir a nivel profesional, fue casi siempre por delante aunque nunca lo vio claro. Salaberria, cual gota malaya, fue castigando la confianza del riojano, que ni con 8-4, 11-7 o 15-11 lo tuvo claro.

Fue un encuentro marcado por el miedo a ganar. El riojalteño siempre llevó las riendas del mismo hasta el 20-20 en el que el navarro firmó el sorpasso. Hasta entonces, al joven delantero le temblaron las piernas para aprovechar las dudas de Víctor, incapaz de coger una tacada buena que le reabriera las puertas de semifinales.

El 20-20 llegó fruto de un saque larguísimo de Víctor. En la pericia con el primer disparo estuvo el partido. Salaberria se equivocó en cuatro, el último en el 21-21, pero se anotó seis, balance que al final decantó el triunfo a su favor. La fortaleza en el saque del navarro y el cansancio más que justificado del ezcarayense determinaron el marcador final. Salaberria se acercó al triunfo (20-21) tras un intercambio de 27 pelotazos que acabó por madurar a Víctor que bajó los brazos alejando la pelota  más allá de lo permitido. Epílogo natural a un durísimo reestreno.