Los datos de octubre, tres veces peores que los de marzo

Víctor Zurrunero
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Cuando se decreto el primer estado de alarma los hospitales tenían 45 ingresados y 5 personas en la UCI. Ayer había 147, con 22 en intensivos

Un profesional sanitario maneja un respirador en el hospital San Pedro. - Foto: El Día

España se encuentra de nuevo en estado de alarma. Es la cuarta ocasión  en la que el Gobierno decreta esta medida excepcional del ordenamiento jurídico. 

La primera vez fue en 2010, durante la huelga de los controladores aéreos.  Las otras tres se han declarado por la pandemia del coronavirus. Dos a nivel nacional,  el 14 de marzo y el 25 de octubre y una tercera para al Comunidad de Madrid el 9 de octubre. 

A diferencia del mes de marzo, esta vez, no se contempla el confinamiento de la población en los hogares, pero establece un toque de queda nocturno. Dos decretos distintos para dos momentos diferentes de la pandemia. Si se comparan los datos de la evolución epidemiológica y su impacto en el sistema de Salud, se aprecian algunas diferencias. 

La Rioja contabilizaba el 14 de marzo  292 casos confirmados, 45 personas ingresadas en hospitales de la región y 6 pacientes en UCI. Hasta esa fecha, habían fallecido tres personas por coronavirus. Eran cifras en una curva que estaba comenzado su trazado ascendente. De hecho, solo una semana después, los casos diagnosticados casi se había doblado, con 564, mientras que la presión asistencial se había triplicado con 128 personas ingresadas en hospitales y 17 pacientes en la UCI.

Fueron tres meses de encierro en los hogares con algunas medidas de alivio a partir de mayo. Unas restricciones que consiguieron doblegar la curva y reducir el impacto del virus.  Cuando se levantó el estado de alarma, el 21 de junio, permanecían cinco personas ingresadas por coronavirus en los hospitales y ninguna de ellas en la UCI. La Rioja entraba en la nueva normalidad con un total de 4.073 casos confirmados y 365 personas fallecidas por la Covid-19.

En esta segunda ocasión, la Comunidad ha entrado en el estado de alarma con un total de 11.759 casos y 453 fallecidos. En los hospitales de la región hay 137 personas ingresadas con 21 de ellas en UCI. Una presión asistencial que el gobierno regional intenta frenar con las restricciones aprobadas la semana pasada a las que se suma el toque de queda nocturno impuesto por el estado de alarma. 

La manera de afrontar la nueva etapa de la epidemia en España no es la misma que en marzo. «En la primera ola no sabíamos casi nada de este virus, ahora hemos aprendido muchas cosas. Es impresionante porque no llevamos ni nueve meses de pandemia en España», explica Vicente Soriano, médico especialista en enfermedades infecciosas y profesor en la UNIR.  Los profesionales sanitarios cuentan ahora con un mayor conocimiento de la enfermedad, «estamos mejor preparados, pero no sabemos lo que va a suceder. No tenemos todavía una vacuna», apuntó recientemente Pedro Marco, coordinador de Urgencias del San Pedro. 

Además, se ha mejorado la capacidad de diagnóstico y se cuenta con la labor del equipo de rastreo. «Ahora se pueden diagnosticar mejor los casos, contamos con una mayor cantidad y variedad de tests», detalla Soriano quien destaca la importancia de la detección precoz par el control de la epidemia.  En este sentido, La Rioja tiene una tasa de 5.746 pruebas por cada 100.000 habitantes, casi el doble que la media nacional, según detalló ayer Fernando Simón, director Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. 

Si se analiza el perfil de contagios, la edad media de los casos ha descendido en comparación con la primera oleada. Destaca especialmente el grupo de entre 15-29 años, según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) del Instituto Carlos III. «La población diana en los meses de marzo y abril fue fundamentalmente personas mayores», apunta Soriano. Esto hace que alrededor del 50% sean casos asintomáticos que no precisan de atención médica específica ya que se estima que un 10% del total de casos necesitaría atención hospitalaria y un 1% ingreso en la UCI.

  Esta segunda ola se produce en un escenario distinto en cuanto a la climatología. En los meses invernales es «altamente probable» que la incidencia se incremente, según avanzó Simón ayer. Con la llegada del frío y la bajada de las temperaturas aparecen otro tipo de enfermedades respiratorias entre las que destaca , por su incidencia en el sistema sanitario, la gripe. 

 Las autoridades sanitarias han hecho hincapié en la importancia de la vacuna frente a la gripe, especialmente en la población de riesgo. «Para esta enfermedad sí tenemos vacuna y por tanto hay que usarla», defiende Soriano.

El toque de queda, entre las 23:00 y las 06:00,  es una de las novedades que incluye este nuevo decreto de estado alarma. «Son medidas que provocan un efecto disuasorio que reducen la exposición al virus, especialmente en la franja horaria donde la población se  puede relajar más», explica Soriano.