Un puntazo en Fuenlabrada

M. A. G-S.
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Una solvente UDL consigue su primer punto en Segunda lejos de Las Gaunas

Damián Petcoff fue titular en el Fernando Torres. - Foto: LaLiga

Ficha técnica.

Fuenlabrada: Rosic, Iribas, Pulido, Juanma Marrero (Diéguez, 80), Moi Delgado (Cristian Glauder, 46), Pinchi (Franchu, 78), Aguado, Pathé Ciss,  Iban Salvador (Álex Mula, 78), Kante y Aldair Fuentes (Nteka, 46).

UDL: Yari, Iago López, Gorka, Bobadilla, Clemente, Iñaki, Rubén Martínez (Siddiki, 63), Andy, Petcoff (Leo Ruiz, 77), Paulino y Roni (Jaime Sierra, 77). 

Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó a Moi Delgado y Pathé Ciss así como a los riojanosClemente, Petcoff, Gorka, RubénMartínez, Roni e Iñaki. 

Goles: No hubo. 

Incidencias: encuentro correspondiente a la séptima jornada de la Liga SmartBank disputado en el Fernando Torres de Fuenlabrada. 

Avisaba Sandoval de que la UDL tenía más fútbol que puntos y los riojanos le dieron la razón. Solicitaba Sergio Rodríguez en la previa que los suyos dieran el 120% y lo hicieron. Ambas premisas se tradujeron en un agradecido empate a cero en el Fernando Torres de Fuenlabrada o, lo que es lo mismo, el primer punto a domilicio de los riojanos en su recién iniciado transitar en Segunda.

La UDL fue la dueña de la primera mitad. Tuvo vértigo pero careció de gol. El Fuenla monopolizó el segundo acto. Tuvo posesión aunque se olvidó de rematar. Sumados los méritos y restados los deméritos, el juego de suma cero dio como resultado un nada despreciable 0-0 que permite sonreír a los veintidós protagonistas. Al Fuenlabrada porque 630 minutos después puede presumir de seguir siendo invicto (13 puntos) y a la UDL porque compite en cualquier situación. Los riojanos también son versátiles en Segunda.

Sergio Rodríguez alteró su once inicial. Anunció cambios pero su alineación fue una revolución. Defensa de tres con Gorka, Bobadilla (primer partido como titular) y Clemente, en su debut como blanquirrojo. Dio galones a Petcoff en la medular y premió tanto a Paulino como a Roni con la titularidad.

En los primeros minutos, la apuesta reveló su perfil más conservador. La defensa de cinco no mostró fisuras pero el discurso futbolístico era fuenlabreño. Sonaba a monólogo pero, mediada la primera mitad, la UDL comenzó a inquietar a los madrileños.

Lo hizo con transiciones rápidas. Andy ejercía de diapasón mientras que Paulino se ofrecía como su mejor intérprete. La velocidad sorprendió a los de Sandoval que dejaron de asomarse al marco de Yari y comenzaron a sufrir en defensa.

Roni y Paulino, a los espacios, intimidaban y sólo la falta de un ‘9’ de referencia evitaba males mayores. La mejor ocasión riojana, tras un disparo desde su propio campo de Pathé Ciss, llegó en el 35 en una transición vertiginosa protagonizada por Paulino, abriendo al espacio paraIago López y este asistiendo a Rubén Martínez. El menorquín remató con intención pero la defensa azulona despejó a córner. Fue la mejor llegada de una primera mitad en la que los riojanos merecieron mucho más.

Todo cambió en la segunda mitad. El combinado madrileño dio un paso adelante y robó el cuero a los de Sergio Rodríguez. La UDL perdió cualquier capacidad de sorpresa y tuvo que conformarse con contener. Lo hizo sin aparente peligro ante un Fuenlabrada que apenas se acercó al área de Yari Meijer.

Nteka, recién entrado, tuvo la primera oportunidad en el 47 pero el portero ucraniano atajó en dos tiempos. Fue la primera y, prácticamente, el único remate entre los palos de los madrileños.

El Fuenlabrada buscó el gol por físico y acumulación, pero no con fútbol. La UDL reculó y se dedicó a esperar, convencida de que como sucedió en los primeros cuarenta y cinco minutos alguna tendría. No las tuvo. Rosic permaneció inédito pero tampoco Yari tuvo mucho trabajo. El despliegue fuenlabreño no rompió las filas riojanas y eso que los jugadores de Sergio Rodríguez se cargaron de amarillas. Hasta seis vieron en los noventa minutos, más que en todo lo que llevaba de liga.

El encuentro fue acercándose a su desenlace. Sandoval puso todo su arsenal en el campo pero sin que eso se tradujera en llegadas. Mucho dominio, mucha apertura a las bandas pero mínima capacidad de desborde por mucho que de nuevo Nteka cabeceara picado el enésimo centro servido desde la derecha.

La UDL se frotaba los manos. Su plan B funcionaba y eso que en el 89, un saque de falta lateral perfectamente botado por Iribas llenó de incertidumbre al reparto riojano. Cristian Glauder, el especialista en este tipo de acciones, cabeceó a placer pero no encontró puerta.

Fue el último susto de un partido muy bien gestionado por la Unión Deportiva Logroñés que ya sabe lo que es puntuar lejos de Las Gaunas.