Los dueños del Casino redefinen el edificio del futuro hotel

G.B.
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Orenes analiza el espacio disponible para fijar el número de habitaciones y el estilo del restaurante

El Gran Casino se construyó en 1896 y bajo el edificio hay un calado del siglo XVI. - Foto: Óscar Solorzano

Hace ya casi dos años que el Gran Casino de Logroño lanzó su último 'no va más' antes de para la ruleta y cerrar sus puertas. Sin embargo, sus propietarios, el Grupo Orenes mantienen su apuesta por Logroño, ahora de carácter hotelero y de restauración. La coyuntura económica no ayuda a dar más ritmo a la inversión, pero esta compañía de origen murciano dedicada al sector del ocio no solo mantiene vivo su proyecto de reconversión del emblemático edificio decimonónico de casino a hotel de lujo, sino que trabaja ya en «redimensionar» el inmueble de la calle Sagasta para ir concretando aspectos como el número de habitaciones o el tipo de restaurante del futuro complejo.

«Hay ideas nuevas y se trabaja en ese aspecto, en ver cómo se redimensiona el proyecto, pero la situación económica no deja ir con más celeridad», explica un portavoz de la compañía.

En ese proceso de tomar decisiones como el número de estrellas que deberá tener el hotel o el espacio que se destinará a la restauración, los propietarios se enfrentan a una primera limitación, las dimesiones del edificio, que al tratarse de un elemento histórico obliga a respetar su arquitectura.

Queda también pendiente hacer un estudio de mercado concienzudo para encarrillar bien el futuro negocio hostelero, porque aunque Grupo Orenes asegura tener claro el potencial turístico de Logroño, quiere desembarcar en ese sector con un proyecto «bonito y que aporte valor a la ciudad».

 Aunque la experiencia del negocio del casino resultó fallida, para una actividad a la que la pandemia dio el tiro de gracia después de unas pérdidas acumuladas de 13 millones de euros desde la apertura del establecimiento de juego en 2005, la empresa propietaria está convencida de la rentabilidad del futuro proyecto turístico.

Orenes enfatiza, además, al resaltar la buena acogida que perciben en la ciudad y el respaldo de las instituciones, Gobierno de La Rioja y, de manera singular, el Ayuntamiento de Logroño, «que se está portando muy bien con nosotros y acelerando las cosas todo lo que se puede».

Un lugar emblemático. En esa idea, los promotores del proyecto aspiran a poner en marcha un negocio «que no sea un mero hotel, sino un sitio emblemático que deje su sello y con un restaurante importante».

Salvando las distancias, por el enfoque y la dimensión de los negocios, Orenes se encuentra inmerso también en el desarrollo de otras dos apuestas de calado, el centro de ocio y restauración Odiseo, en Murcia, y el complejo integral de ocio, restauración, espectáculos y entretenimiento Unnic, en Andorra. El grupo de origen murciano desarrolla su actividad en varias divisiones, en las que hay desde casinos, bingos, salas de juegos, apuestas deportivas y juego online hasta hoteles y restaurantes en distintas comunidades autónomas. 

Para propiciar la reconversión del antiguo Gran Casino, el Pleno del Ayuntamiento de Logroño aprobó el 2 de diciembre de 2021, por unanimidad, el cambio de uso del edifico del número 10 de la calle Sagasta construido en 1896, y en cuyo subsuelo hay un antiguo calado del siglo XVI.