En busca de la paz a 3.000 kilómetros de casa

Cayetano G. Lavid
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51 ucranianos dejan atrás el horror de las bombas y reciben asilo en albergues riojanos

Momento de la llegada de un grupo de ucranianas a Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

Extenuados por un viaje de más de 3.000 kilómetros y con las imágenes del horror de la guerra todavía en sus rostros, más de medio centenar de refugiados ucranianos llegaron en autobús ayer por la tarde a Logroño, donde, por fin a salvo, serán distribuidos en albergues y centros de acogida con el objetivo de recuperar cuanto antes algo parecido a una vida.

La ONG Coopera, con el apoyo del empresario Félix Revueta, ha hecho posible que este grupo de personas hayan dejado atrás un escenario bélico de muerte y destrucción que, por ahora, parece no tener un final cercano.

Al bajar del autobús en Vara de Rey, buscaban entre ellos una mirada de alivio, una mínima expresión de confianza para poder confirmar que ya estaban a salvo y que todo había terminado.

Son mujeres, casi en su totalidad, ya que todos los hombres están llamados a defender su país mientras dure la guerra, aunque hay alguna excepción, como un hombre que sufre una incapacidad y no es apto para el servicio militar y un deportista de alto rendimiento, que buscará seguir formándose en La Rioja. Este último lo hará de la mano del responsable del área de Estrategia de Desarrollo de los Entrenadores de la Federación Española, Marcos Moreno, que se ha mostrado contento con la oportunidad que se va a dar a este deportista, aunque lamenta que una mujer, también atleta, no ha podido viajar en el autobús finalmente al tener que quedarse con su madre.

Excepciones aparte, la desconfianza cubría los rostros de estas personas que solo habían llegado a fiarse de la persona que había estado con ellos en todo momento dentro del autobús, el bombero y colaborador de la ONG Coopera, Carlos Bacaicoa, que confesaba estar «realmente emocionado, desconcertado» y sin saber en algún momento qué hacer. 

Aún así, este voluntario fue el nexo de unión de un grupo de personas que no se conocían de nada y al que, a su llegada al polideportivo de las Escolapias, los refugiados no dudaban ni por un instante en agradecerle «ser tú quien haya venido a por nosotros», como confesaba entre lágrimas.

Segunda Generación

A diferencia de otros refugiados que han llegado con anterioridad a La Rioja, este autobús proviene  de las zonas más crudas del conflicto, la ciudad de Bucha y la región del Dombás. Han visto la guerra y la muerte de cerca en su día a día. 

Dispuestos a comenzar una nueva vida, estos denominados refugiados de segunda generación, están deseando volver a comenzar.

De los 51 desplazados por el conflicto, 18 se alojarán en el albergue municipal de Quel y el resto lo harán en albergues y domicilios de Aguilar del Río Alhama, El Rasillo y Logroño.