San Antón quiere mantener la zona azul y tráfico en un sentido

R.M.
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Comercio y hostelería han trasladado al Ayuntamiento un proyecto de reforma de la céntrica calle con aceras más anchas, acceso desde Vara de Rey a través de un rotonda y aparcamiento a ambos lados

Vista de San Antón desde la zona donde el comercio quiere habilitar una rotonda - Foto: Ingrid

La sombra de la reurbanización de la calle San Antón es alargada y lleva años sobrevolando por los despachos de urbanismo del Ayuntamiento de Logroño. De hecho, la idea de mejorar la céntrica vía logroñesa no encuentra oposición ni  en el sector comercial emplazado en la zona, ni, valga la redundancia, en el principal partido de la oposición. Ya con el Partido Popular de Cuca Gamarra al frente de las decisiones municipales, sobrevoló esta alargada sombra de la reurbanización sobre una de las calles más comerciales de la ciudad. Otra cosa bien distinta es cómo afrontar la actuación.

El equipo de Gobierno, en boca de Pablo Hermoso de Mendoza, anunció la reforma de San Antón para el próximo ejercicio 2023 con un diseño similar al materializado en República Argentina y «contando siempre con vecinos, hosteleros y comerciantes». Un proyecto que el Consistorio presentará a los Fondos de Recuperación. 

Un mes después del Debate sobre el Estado de la Ciudad, foto en el que el alcalde formuló este anuncio, el Ayuntamiento, y el máximo responsable municipal de este tipo de actuaciones, se remiten ahora al planteamiento esbozado en el salón de plenos por Hermoso. De momento, según el Consistorio, solo existe un planteamiento.

Sin embargo, el sector hostelero y comercial de la zona tiene bien definido su planteamiento y, también, desde hace años. Un proyecto que trasladaron en su día al equipo de Cuca Gamarra, y que en la presente legislatura han presentado igualmente a Jaime Caballero.

Comercio y hostelería apuestan así por una calle San Antón de un único sentido para el tráfico de vehículos con un acceso que materializaría desde Vara de Rey y con salida por Gran Vía. En la confluencia de Gran Vía y Pérez Galdós, se amoldaría una rotonda, detalla Elena Marrodán, propietaria de un establecimiento comercial en San Antón.

La propuesta recoge también la definición de unas aceras más amplias pero siempre «con el mantenimiento del espacio dedicado actualmente a aparcamiento, en batería y a ambos lados de la calle. Es una zona azul muy fluida», aclara. Es decir, el espacio que ganarían las aceras se realizaría a costa de reducir uno de los dos sentidos de tráfico actuales. A su juicio, es el sentir generalizado de una calle que ve en el tráfico de vehículos y en el espacio destinado a aparcamiento dos pilares fundamentales para el sector comercial, pero que juegan en contra de las directrices marcadas por Europa a las ciudades en su batalla contra el cambio climático.

«Alguien se caerá». Marrodán es partidaria, «como todo el sector comercial de la zona», de mejorar la calle y sobre todo, «de cambiar las aceras, que están en muy mal estado. Algún día se caerá alguien», lamenta. También plasma el proyecto planteado por los comerciantes «la necesidad de cambiar los árboles» y adecentar la vía «con jardineras y buena iluminación». O dicho en palabras de Elena Marrodán, «proyectar la imagen de una auténtica calle comercial». 

Recuerda también que en las navidades pasadas «el Ayuntamiento quiso poner la bola que finalmente se puso en la plaza del Mercado en la confluencia de San Antón con Pilar Salarrullana (antes García Morato) a modo de experimento» y testar así un posible futuro peatonal. «Evidentemente -continúa Marrodán-  les dijimos que no, que no estamos para experimentos».