Almeida, segundo riojano para el que piden prisión permanente

F.A/R.M
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Se suma a Adriana Ugueto, madre de Carolina, una niña de 5 años, a la que, junta a la abuela de la pequeña, asesinó el 26 de enero de 2020 en un hotel. Quedan por juzgar varias muertes violentas

Imagen del juicio a Adriana Ugueto por el asesinato de su hija Carolina - Foto: Ingrid

Cerca de 30 condenados soportan actualmente la pena de prisión permanente revisable en nuestro país. Se trata de una pena grave, instaurada en la legislación española en 2015, que implica el cumplimiento íntegro de la pena de privación de libertad durante un periodo de tiempo inicial que puede abarcar entre 25 y 35 años. Una vez cumplida esa parte de la condena, la pena podrá ser sometida a revisión.

Francisco Javier Almeida pasaría a ser  el segundo condenado a este tipo de pena reservada para casos de extrema gravedad en La Rioja. La primera recae sobre la madre de Carolina, que asesinó a su hija en un céntrico hotel de la capital riojana. 

Almeida, tras ser declarado culpable tras la deliberación del jurado popular y a la espera de la sentencia que dicte el magistrado de la Audiencia Provincial Fernando Solana, será el responsable del crimen más atroz y despiadado cometido en el ámbito de la comunidad autónoma por el elevado número de factores que rodean el asesinato del pequeño Álex. El ya condenado por la violación de una menor de 13 en el año 1991 y por la violación y el asesinato de una agente inmobiliaria en Logroño en 1998 pasaría así a formar parte de la crónica más negra de España de condenados a prisión permanente revisable. 

El primero de ellos fue David Oubel, condenado el 6 de julio de 2017  por asesinar a sus dos hijas de 4 y 9 años, en Moraña, Pontevedra el 31 de julio de 2015 de una  manera particularmente cruel que le valió la condena unánime del jurado que tardó únicamente dos horas en deliberar. Esta primera condena llegó además a través de una sentencia dictada 'in voce' por la magistrada en la propia sala de vistas tras escuchar el veredicto del jurado.

Un nutrido grupo de los condenados lo han sido por asesinar a miembros de su familia o allegados y no es menor el número de ellos que han acabado con la vida de niños. Ambas circunstancias confluyen en el caso de Ana Julia Quezada, primera mujer condenada en nuestro país a prisión permanente revisable, por el asesinato de Gabriel Cruz,  el hijo de su pareja al que secuestró y asesinó el 27 de febrero de 2018. El cadáver del  niño, que tenía solo 8 años, apareció en el maletero del vehículo de su asesina, que participó activamente en su búsqueda. El caso de Gabriel causó una gran conmoción en todo el país, y una gran relevancia mediática, al igual que el de Diana Quer, cuyo cadáver apareció 497 días después de su desaparición. La joven de 18 años fue asesinada  en la madrugada del 22 de agosto de 2016 en la  Puebla del Caramiñal por José Enrique Abuín, 'el chicle', condenado el 17 de diciembre de 2019.

Peso sí hay otro caso, además del de Álex, que conmocionó a la sociedad riojana, es el de otra niña, Carolina, cuya madre fue condenada por un delito de asesinato con la agravante de parentesco, al matar a su hija de cinco años el 26 de enero de 2020 en el hotel Los Bracos. En este caso concurren un conjunto de acontecimientos que lo convierten en uno de los más trágicos de la crónica negra de La Rioja, porque, según la sentencia, la madre y la abuela, que apareció muerta el 28 de enero en el Ebro, «decidieron un plan conjunto para poner fin a sus vidas y además acabar con la vida de la menor», algo que hicieron al asfixiarla tras sedarla.

Casos pendientes. Quedan por juzgar varias muertes violentas ocurridas en los últimos dos años en La Rioja. La primera de ellas es la de Pedro José Sáez Alfaro, el profesor jubilado cuyo cadáver se encontró en su domicilio de Logroño el 18 de febrero de 2020. Tras una investigación que se prolongó dos años, el autor material del crimen fue detenido en Foggia (Italia) en febrero del año pasado. En marzo de 2021 lo había sido una mujer, acusada también de cometer el crimen, y con la que el presunto asesino mantenía una relación sentimental.

El 6 de abril, con el toque de queda nocturno activado por la pandemia, seis personas de entre 14 y 25 años, fueron, presuntamente,  los causantes de la muerte de un hombre de 34 años, vecino de Oyón  que trabajaba como repartidor de Burger King. Los hechos ocurrieron cuando la víctima se encontraba en el parking de Revellín, en el que «circunstancialmente» se topa con un grupo de seis jóvenes. Un varón le pidió un cigarro y, ante la negativa, comienza la discusión la cual desemboca en una «agresión brutal». La víctima quedó tendida en el suelo durante varias horas y, aunque fue trasladada con vida al hospital, falleció horas después.

El crimen de Viniegra fue esclarecido por la Guardia Civil en tan solo 72 horas, con la detención de dos hombres con amplio historial delictivo que, al parecer en un ajuste de cuentas por drogas, asesinaron a un tercero, al que arrojaron a una sima. La pareja de uno ellos fue  detenida por encubrimiento.