Paulatina vuelta de gimnasios y academias con incertidumbre

Feli Agustín
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Discotecas y bares de copas deben esperar a superar la fase 3, que empieza el lunes, una limitación que creen injusta

Gerardo Ortega, gerente de Full Fitness. - Foto: Clara Larrea

La previsible entrada de La Rioja en la fase 3 el próximo lunes supondrá, además de la eliminación de las franjas horarias y el permiso para reunirse hasta 20 personas en domicilios y al aire libre, la relajación de las limitaciones en la hostelería, donde se permitirá consumir en barra, aumentar el aforo al 50% en el interior y el 75% en las terrazas, aunque han de mantener «estrictas condiciones» de separación entre el público.

Los que no podrán abrir todavía -y eso que en un principio estaba previsto que volvieran a la actividad en la fase 3- son los locales de ocio nocturno y discotecas, que se sienten los grandes damnificados del proceso de desescalada. «El ocio nocturno queda relegado a a la nueva normalidad, una vez concluida la tercera fase, lo que entendemos como un agravio comparativo, si se tiene en cuenta la actual evolución de la pandemia y cómo van avanzando otros establecimientos de hostelería u otros sectores», señala Eduardo Pérez-Pedrero, presidente de la Asociación de Salas de Fiesta y Discotecas de La Rioja, integrada en la FER, que califica como «injusta» la situación de los establecimientos del sector. 

El hostelero, en un entramado empresarial donde figuran las salas Concept o Suite, se muestra muy crítico con la decisión del gobierno de relegar el inicio de su actividad una vez alcanzada la nueva normalidad. «Esperábamos poder abrir desde el lunes cuando, con un aforo del 30%, no sería rentable, pero serviría de ensayo para las siguientes fases, pero con esta demora nos retrasan todo», afirma Pérez-Pedrero, que dice no entender que se «estigmatice» el ocio nocturno, que va a seguir desarrollándose, aunque, a su entender, de manera menos profesional y basado en el botellón. «El Gobierno decide dejar este tipo de ocio abierto al descontrol, en vez de poder controlarlo con valentía en los sitios preparados para ello», critica el presidente de una asociación que hoy presenta su manifiesto sobre la situación actual del sector, en relación con el aplazamiento del inicio de su actividad hasta la siguiente fase, lo que «entraña posibles cierres y desaparición de puestos de trabajo». Al respecto, no tiene constancia de que ninguno de sus negocios asociados esté abocado a la desaparición, aunque sí constata la preocupación reinante y a la precariedad con la que afrontarán la reapertura tras varios  meses sin hacer caja.

Presidente también de Hostelería Unida de Logroño (HUL), que engloba a más de una treintena de bares de copas, recuerda que solo han podido abrir los que disponen de terrazas, que están trabajando «muy duro, con resultado negativo», pero la vuelta al servicio les ha  servido para ganar confianza y sacra trabajadores de los ERTE. «Esperamos avanzar en la tercera fase e intentar salir de los números negativos;ahora es muy difícil», razona.

Gimnasia y formación. Igualmente compleja es la situación de los gimnasios, de los que contados han abierto ya, a pesar de poder hacerlo desde el inicio de la fase 2. «La puesta en marcha será paulatina, muchos lo harán la próxima semana y otros se demorarán ya hasta septiembre», avanza Juan Carlos Escalera, de la Asociación de Empresas de la Salud y Ejercicio Físico de La Rioja (integrada en la FER), que explica que, al tiempo que llevan cerrados, se suma el verano, una época de muy baja actividad.

«La mayoría de los centros recuperarán las clases la próxima temporada», señala el propietario de Acqua, quien constata que conocer cuál será la respuesta de los usuarios es la gran incógnita que nadie puede despejar. «No sabemos el impacto que sobre los usuarios tendrá la pandemia, si prevalecerá el miedo», reflexiona Escalera, que garantiza las medidas de higiene y seguridad.

También el miedo, por un lado, y «las ganas», por  otro, son dos aspectos que tienen presente los responsables de los centros de formación para el empleo, que vuelven a  clase a finales de mes, y la mezclarán con aulas virtuales, acción mayoritaria por la que han apostado las academias. «Estamos con ganas y ánimo», afirma José Antonio Ruiz Lapoza, presidente de la Asociación de Centros de Formación, que mantuvo este jueves una reunión con Empleo. «Sabemos que la gente va a tener que reciclarse, pero no sabemos la disponibilidad económica o qué ayudas llegarán de la administración», señala.