La inversión más saludable

El Día
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La sanidad riojana se dota de tecnología médica de vanguardia para mejorar tratamientos y la calidad de vida de los pacientes, gracias a la obtención de 9 millones de fondos europeos

El director científico del CIBIR, José Ramón Blanco, muestra el nuevo acelerador lineal incorporado al centro, en el que se han invertido 2,2 millones de euros. - Foto: Óscar Solorzano

La tecnología no suplantará nunca a los profesionales sanitarios, pero ayuda, y mucho, a que sus diagnósticos sean más certeros, las intervenciones y tratamientos resulten más eficaces y la recuperación de los pacientes se acelere. El Gobierno de La Rioja así lo ha entendido y ha gestionado, por medio de la Fundación Rioja Salud, la obtención de fondos del Plan de Inversión de Alta Tecnología Sanitaria (INVEAT) del Gobierno de España por un importe superior a los 9 millones de euros, en su mayor parte procedentes de fondos europeos Next Generation. «Rara será la persona que no se pueda beneficiar de estas tecnologías de forma directa o indirecta, ya sea ella misma o sus familiares o allegados; no estamos hablando de algo que sea de un uso excepcional, sino de equipos muy avanzados que tienen implicaciones muy importantes para la salud de toda la población». Son palabras de José Ramón Blanco, director científico del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR), en cuyas instalaciones se encuentran algunos de los últimos aparatos de alta tecnología adquiridos por la sanidad riojana.

Es el caso del nuevo acelerador lineal de última generación, que se suma a otros dos ya existentes en el CIBIR, que entrará en servicio de forma inminente una vez concluida la fase de formación del personal encargado de su manejo. Se trata de un equipo que tiene una gran utilidad fundamentalmente en el área oncológica, ya que la energía que utiliza la máquina de forma local y muy segura puede redirigirse al punto donde se encuentran las células a tratar, al mismo tiempo que se respeta el tejido sano que hay alrededor. A ello se le suma un menor tiempo de exposición para los profesionales que trabajan con esta máquina. Con un coste de 2,2 millones de euros, el nuevo acelerador lineal permite tratar tumores malignos y benignos y aporta ventajas con respecto a los tratamientos de radiocirugía que se venían prestando desde 2021, como una menor toxicidad asociada, mayor control de la enfermedad y menor número de sesiones de tratamiento.

A casa lo antes posible. Y es este último aspecto, la mejora en la recuperación de los pacientes en las mejores condiciones posibles, una de las bondades que destaca José Ramón Blanco de los nuevos aparatos. «Se intenta abordar la calidad de vida; hacer las cosas lo antes posible y con el menor riesgo para las personas e incluso que alguien con una lesión difícil de abordar desde el punto de vista anatómico pueda ver resuelto su problema sin necesidad de operar», comenta el responsable científico del CIBIR, que resalta también queestos avances permiten a quienes reciben el tratamiento regresar a sus casas lo antes posible y retomar una normalidad en sus vidas lo más próxima a lo que era antes de detectarse la enfermedad. «Es un gran éxito para la calidad de vida de las personas», apostilla.

Desde el pasado mes de enero está en funcionamiento también en el CIBIR una nueva gammacámara (Spect/TC), que ha costado más de medio millones de euros, y que sustituye a otra en servicio desde 2004. Se trata de una tecnología que permite localizar de forma precoz tumores, lesiones o infecciones y que proporciona una funcionalidad completa en cardiología, oncología, neurología y medicina nuclear en general. «Básicamente trabaja con localizaciones anatómicas y a la vez con el metabolismo de las células. Muchas veces buscas lo que sucede en una zona y te encuentras con otras alteraciones a distancia», explica Blanco, quien precisa que, por ejemplo, algunas lesiones que detectan los médicos en sus pacientes pueden estar localizadas en zonas del cerebro donde la cirugía resulta muy compleja, y a donde estas nuevas tecnologías y tratamientos permiten llegar. La gammacámara resulta asimismo muy indicada en los procesos neurológicos, algunos de ellos neurodegenerativos, o igualmente para identificar algunas enfermedades infecciosas, «por ejemplo las alteraciones cardiacas o problemas de patología pulmonar», detalla el doctor José Ramón Blanco.

Además de resolver problemas médicos de la manera menos invasiva posible, la tecnología punta evita desplazamientos innecesarios de los usuarios fuera de La Rioja o que tengan que permanecer hospitalizados. «El objetivo es que las personas tengan lo antes posible la calidad de vida que tenían antes de los tratamientos», remarca el responsable del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja.

Junto al acelerador y la gammacámara, los fondos recibidos del plan INVEAT permiten a la sanidad riojana incorporar y poner al día otros equipos, como un nuevo angiógrafo, renovar un TAC, ampliar un equipo de cardiología intervencionista (hemodinámica) y una resonancia magnética, todo ello en el Hospital San Pedro, así como renovar otra resonancia magnética en el Centro de Alta Resolución de Procesos Asistenciales (CARPA) y un PET/TAC en el CIBIR.

Una región pequeña pero bien equipada

«No por estar en una comunidad autónoma pequeña dejamos de estar en primera línea». El director del CIBIR, José Ramón Blanco, destaca el alto nivel tecnológico que tiene la sanidad riojana en cuanto a equipos de última generación, por encima de la media española. A su juicio, después de los recursos humanos, lo más importante para el sistema es dotarse de tecnologías de vanguardia, algo que en el caso de La Rioja ha sido posible gracias a los fondos europeos y a una rápida gestión del Gobierno regional, tanto para la adquisición de aparatos nuevos como para renovar y actualizar otros ya existentes, como destaca el responsable del CIBIR. La llegada de fondos UE con destino a empresas, ciudadanos y entidades públicas se ha traducido en proyectos tangibles. Es más, La Rioja es de las pocas regiones que ha ejecutado el 100% de los fondos FEDER y FSE y alcanza el 50% en los Next Generation.