Una vida sin concesiones

Agencias
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Nicolás Redondo luchó toda su vida por mejorar los derechos de las clases trabajadoras desde UGT, un sindicato que consolidó y modernizó en España tras la dura dictadura franquista

Redondo, junto a Pepe Álvarez (i), Unai Sordo y Antonio Gutiérrez. - Foto: Eduardo Parra Europa Press

Nicolás Redondo Urbieta nació en Baracaldo, Vizcaya, el 16 de junio de 1927 en el seno de una familia vasca de clase obrera. Su padre era trabajador de Altos Hornos, miembro del Partido Socialista y militante de la UGT; fue juzgado y condenado a muerte, pero se le conmutó la pena por la de 30 años de cárcel.

A los 10 años, en 1937, fue evacuado con otros niños vascos en el buque La Habana y llevado a Burdeos (Francia), donde le recogió una familia minera de origen español, con la que convivió hasta 1940 cuando regresó a España al término de la Guerra Civil.

Además, fue el primer delegado que representó a España en la 63 Conferencia anual de la OIT, tras la guerra civil, y trabajó como obrero en la Naval de Sestao hasta 1969. Durante la dictadura fue detenido y encarcelado 14 veces. La última, en 1973, donde pasó cinco meses en prisión de los dos años y medio de condena dictada por el Tribunal Supremo; pero pasó el resto de la sentencia en libertad condicional. En 1975, se benefició del indulto a presos políticos.

Junto al expresidente Zapatero y Álvarez, en uno de sus últimos actos públicos. Junto al expresidente Zapatero y Álvarez, en uno de sus últimos actos públicos. - Foto: Ricardo Rubio Europa PressParalelamente, ocupó puestos relevantes tanto en el PSOE como en UGT. Fue un miembro destacado del grupo socialista en el País Vasco, y como tal asistió al XXVI Congreso del Partido, celebrado en Suresnes, Francia, en octubre de 1974. En él, renunció a la secretaría general y propuso para el cargo al entonces joven Felipe González. Con este gesto, consiguió que los opositores se integraran en una candidatura única, encabezada por González. 

En 1976, en el XXX Congreso de la UGT en Madrid, fue elegido secretario general, y en el XXVII Congreso del PSOE, vocal de la Comisión Ejecutiva.

El sindicalista, que en los sucesivos Congresos ugetistas siempre resultó reelegido secretario general del sindicato socialista, vio cómo su relación con el PSOE se fue deteriorando hasta que en diciembre de 1977 dimitió de la Ejecutiva del Partido, a la que pertenecía desde 1970.

En una imagen de 2018. En una imagen de 2018. - Foto: J.J. GuillénEn las elecciones generales de 1977, 1979, 1982 y 1986 fue elegido diputado del PSOE por Vizcaya, Pero en octubre de 1987 formalizó la renuncia en el Congreso argumentando que «no podemos defender como sindicato un criterio y otro distinto el grupo parlamentario».

Luchó toda su vida por mejorar los derechos de las clases trabajadoras desde UGT, un sindicato que consolidó y modernizó en España tras la dura dictadura franquista.   

Firmeza

Redondo optó por mantener una línea dura sin hacer concesiones al Gobierno y sin dejarse coaccionar. El 8 de junio de 1989 fue elegido, por unanimidad, vicepresidente de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), organización que agrupa a 36 confederaciones sindicales de toda Europa.

En 1990, fue reelegido secretario general del sindicato, con el 100% de los votos y, en 1993, comunicó a la Comisión Ejecutiva y al Comité Confederal de UGT su intención de no presentarse de nuevo al cargo.

En el Congreso Confederal de 1994, Cándido Méndez fue elegido nuevo secretario general del sindicato, con el apoyo de Redondo para continuar la modernización del sindicato, ratificar la independencia funcional y recomponer la relación con el Partido Socialista, consolidar la unidad de acción con el sindicato CCOO y mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Desde entonces, se apartó de la vida pública.