UNIR estudia optar a la segunda planta del CCR

Ana Torrecillas
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La universidad, que no ha decidido aún si se presenta al concurso, trabaja ya en los contenidos del proyecto, siempre vinculado a la transformación digital

Imagen del Centro Cultural del Rioja en Logroño - Foto: Ingrid

a segunda planta del Centro Cultural del Rioja (CCR) de la calle Mercaderes de Logroño ya ha suscitado el interés de algunos organismos. La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) está barajando presentarse al concurso para ocupar ese espacio después de que el pasado 26 de octubre, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Logroño aprobara el expediente para la cesión del uso del espacio durante ocho años.
Según ha podido saber este periódico, UNIR está trabajando ya en el proyecto que pondría en marcha en ese espacio y que en principio estaría vinculado con la transformación digital. Este concepto está en la línea de los objetivos del expediente de cesión del Junta Local  que establecía que las actividades que allí se desarrollen debían ir destinadas a profesionales vinculados con la transformación digital y de la innovación del enoturismo y del sector agroalimentario que, además, ofrecieran una formación reglada.La segunda planta del Centro Cultural del Rioja consta de 577 metros cuadrados en los que se reparten una sala polivalente, un aula, dos aseos además de mobiliario, utensilios y enseres varios que facilitarían la puesta en marcha de los diversos proyectos que el nuevo inquilino pudiera desarrollar.
 

La historia de nunca acabar. Un 1 de junio de 2012, la por entonces alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, y el ex presidente Pedro Sanz inauguraban el Centro Cultural del Rioja, recuperando el antiguo Palacio de los Yangüas de la calle Mercaderes. Se abría, por fin, una infraestructura que llegó a costar casi 12 millones de euros y cuya puesta en  marcha sufría constantes contratiempos y retrasos. 

Tras varios años con usos cuestionables de un espacio que nació para impulsar el conocimiento del vino de Rioja desde el centro de la ciudad y que se llegó a dedicar a eventos sociales que nada tenían que ver con su objetivo inicial, el CCRcerró sus puertas en 2016 debido a importantes deficiencias en su estructura. Con este nuevo impulso, se espera devolver el prestigio  a este espacio emblemático.