Vara de Rey corta al tráfico entre la calma y la expectación

R. Muro
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Un lento pero continuo goteo de conductores invade las zonas acotadas de Vara de Rey para el acceso a garajes. Peatones lamentan el recorrido extra que obligan a hacer las obras

Vista aérea de la zona delimitada en Vara de Rey - Foto: Óscar Solorzano

Un silencio inusual, un lento pero continuo goteo de despistes, y grandes dosis de expectación y resignación. En definitiva, un compendio de ingredientes que conforma la calma, más que tensa, vigilante, ante unas obras que prometen modificar la fisionomía y funcionalidad de una de las principales arterias de Logroño. Un silencio inusual porque el continuo devenir de vehículos que asume este tramo del nudo de Vara de Rey cedió ayer el rugido de motores y el estruendo de pitidos a las labores propias de delimitación del tramo cortado al tráfico y al peatón desde primeras horas de la mañana. Los operarios se empleaban ayer en tomar mediciones y portar material. Actividad silenciosa que poco a poco cederá, a su vez, a los taladros y maquinaria de obra. Un silencio que se apoderaba momentáneamente de este tramo de Vara de Rey en detrimento de Poeta Prudencio e Ingenieros Pino y Amorena, donde ya se dejaba sentir un ligero aumento en el tránsito de vehículos desviados desde Vara de Rey. En su confluencia con Huesca, en el bar Comodoro, aseguraban que «no hemos notado, al menos de momento, atascos ni más tráfico del habitual. Más bien, casi normalidad». Así era, al menos, hasta media tarde. Un tráfico, o al menos parte de él, que deberá transitar por Poeta Prudencio y su minúscula rotonda, instalada apenas hace unas semanas en la esquina con Hermanos Hircio, y que debe asumir una intensidad de tráfico. También en la mañana de ayer Pérez Galdos registraba una importante intensidad de tráfico. Una vía que habitualmente, ya asume cierta intensidad diaria.

En esa misma esquina, por mucho que desde el Ayuntamiento de la capital riojana se haya insistido durante los últimos días en la fecha de inicio de las obras, y de los cortes, el goteo de despistes era lento, pero continuo. El corte al tráfico instala una primera valla, con un carril de acceso y otro de salida de uso exclusivo para garajes y vehículos de carga y descarga.Una zona que era invadida puntualmente por conductores que al percatarse de las obras se veían obligados a modificar su rumbo en el interior de la zona acotada. Otra parte del tráfico ni siquiera pisará Vara de Rey y acatará las indicaciones de calle cortada que el Ayuntamiento ha instalado en la rotonda de Vara de Rey con la Circunvalación con el objetivo de desviar vehículos por la propia LO-20.

La combinación de gestos de sorpresa no se ciñó exclusivamente a conductores. Los peatones también fueron protagonistas de ese continuo pero lento goteo de despistes. Alguno de los que caminaba por Vara de Rey en dirección sur, comprobaba, a pesar de las continuas comunicaciones previas, que debían proseguir su rumbo hasta República Argentina (por Huesca o Duques de Nájera por un lado, o por Hermanos Hircio o Duques de Nájera por otro, para regresar de nuevo al tramo de Vara de Rey una vez superada la zona del nudo. Despistes que irán cayendo en el olvido a medida que avancen unas obras que se prolongarán, sino surgen retrasos e imprevistos, y siempre según las previsiones realizadas desde el Ayuntamiento de Logroño, hasta finales de año. 

En cualquier caso, tanto los comercios más próximos a la zona en obras, como otros situados en los alrededores, verán modificada de una forma u otra su actividad diaria. En el bar Porto Vecchio, situado en Vara de Rey, en la zona de la plaza de México, Diego Benito se muestra expectante «no por los clientes que habitualmente vienen a pie, sino por los que suelen venir en coche para llevarse una tortilla de patatas». Sobre éstos últimos teme que las ventas desciendan, «aunque sea de una forma temporal», señala.

Expectantes también se encuentran algunos vecinos ante las molestias que generarán las obras. Una clienta del bar Comodoro incluso se santigua mientras recuerda el tiempo, unos seis meses, que se prolongará la actuación. Y expectantes andan también los curiosos de las obras. A pesar de que el inicio de la actuación no dejó en la jornada de ayer más allá de unas vallas, carteles de aviso y operarios tomando medidas, dos vecinos se afanaban en debatir y apuntar por donde arrancarán los trabajos. Se esperan más. 

en duques de nájera. Con todo, una de las actuaciones urbanísticas que promete modificar una de las principales arterias de la ciudad, también deja unas cuantas dosis de resignación. En Duques de Nájera, justo enfrente de donde  avanza, y se aprecia ya, el derribo del murete del túnel, se sitúa Silence Urban Mobility. Un establecimiento que como recuerda José María Galán, abrió sus puertas a finales del año pasado. «Vinimos a esta zona de Duques de Nájera porque es una calle transitada. Ahora -lamenta- no pasa casi nadie». Entre los gestos propios de quien se arma de paciencia, Galán esboza un tímido «nos toca aguantar».