El huerto solar de Ochánduri dará beneficios en 2023

R. Muro
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El Ayuntamiento solicitó un préstamo de 300.000 euros para invertir en un huerto solar en 2007. El presente ejercicio cerrará con una deuda del 18%, cuando el máximo es del 70%

Vista del municipio riojano con el fondo solar al fondo - Foto: La 7

Hace ahora quince años que el municipio de Ochánduri materializó una decidida apuesta por el sol. Una inversión de alrededor de 300.000 euros permitió al municipio la creación de un huerto solar con la esperanza de que la apuesta de futuro habilitara ingresos extras al Consistorio y a alguno de sus vecinos. El 80% de las placas son de titularidad municipal y el 20% restante propiedad de particulares, constituidos a través de la asociación de propietarios Fanega Solar Ochánduri. Quince años después de lo que muchos calificaron como condena económica para la localidad, está a punto de generar beneficios. La historia se remonta a finales de 2007, cuando tras casi dos años de lucha titánica en el seno de un desierto administrativo, se consiguió conectar a la red eléctrica Fanega Solar Ochánduri, que tiene un total de 600 kilowatios nominales.

A lo largo de este 2022, tal y como confirma el secretario del Ayuntamiento de la localidad riojana, Ángel Pérez, Ochánduri amortiza la totalidad del préstamo de 300.000 euros que tuvo que solicitar el Consistorio y que ha venido abonando, durante este tiempo, con anualidades de entre 38.000 y 40.000 euros. De esta forma, a partir del ejercicio 2023, «si nada cambia en la normativa de las placas solares», el Ayuntamiento sumará los beneficios generados por el huerto solar al presupuesto municipal. 

Evidentemente, la inversión de 300.000 euros para un municipio de 90 habitantes, que llega a unos 200 en los meses estivales, así como el pago del préstamo, ha obligado al Consistorio a renunciar a prácticamente cualquier inversión dirigida a la mejora del pueblo. Ahora bien, llega el momento de liberarse de la deuda y la posibilidad de poner en marcha proyectos que «hasta ahora han tenido que estar en pausa». 

La iniciativa generó un importante revuelo social en su momento. La incertidumbre que ha envuelto a la energía solar y el hecho de que un Ayuntamiento de las dimensiones de Ochánduri se sumergiera en un proyecto de tal envergadura, generó críticas, e incluso cuestionó a un Consistorio que «condenaba a Ochánduri a situarse en números rojos». 

En este sentido, Ángel Pérez recuerda que «hubo municipios que apostaron por la construcción y otros, como Ochánduri, lo hizo por las placas». Todo ello, en un contexto internacional en el que la producción de energía solar batía récords. De hecho, entre el año 2000 y el 2010 este tipo de energía multiplicó por cien su capacidad de producción. 

reducción de deuda. La localidad riojana anclada en el Valle del Tirón llegó a liderar la lista de los municipios más endeudados de España, según el informe hecho público en 2009 por el ministerio de Economía y Hacienda, con una deuda por habitante de 9.800 euros. Cuatro años después, el mismo informe reflejaba que Ochánduri había reducido su deuda por habitante hasta los 5.110 euros y dejaba de liderar el ranking de endeudamiento elaborado por Hacienda. Una tendencia a la baja que ha mantenido a lo largo de los años hasta llegar a 2020 con una deuda de 1.753 euros por habitante pasando de los 600.000 a los 124.000 euros de hace dos años, según Hacienda, y de unos 80.000 según Ángel Pérez.

Con todo, el cierre del ejercicio  económico de 2022, según las previsiones del secretario consistorial, arrojará «unas cuentas saneadas» ya que el nivel de endeudamiento quedará en el 18% sobre los ingresos presupuestarios, cuando el máximo permitido es del 70%. «Y se paga a 7 días, cuando el máximo está fijado en 19», añade. Una situación actual «que para sí quisieran muchos ayuntamientos», matiza Pérez. Recuerda también que la inversión que se realizó en su día, «fue totalmente ajustada a la ley».

La complicada economía de los municipios sin empresas

La gestión de las arcas municipales en municipios pequeños, de los que hay unos cuantos en La Rioja, suele convertirse en un auténtico reto para los responsables municipales. Ángel Pérez conoce a la perfección lo que supone esta gestión en pueblos en los que casi no existe la actividad económica con lo que los ingresos públicos se centran en gran medida en el Impuesto de Bienes Inmuebles. «El Ayuntamiento tiene que cubrir servicios como el de limpieza o basuras a través de las tasas municipales, pero ingresos, desde luego, no hay muchos», argumenta el secretario del Ayuntamiento de Ochánduri. Una cuestión que suele acentuarse, señala Pérez, cuando «hablamos de pueblos de la sierra».

De hecho, cualquier inversión dirigida a la mejora urbanística de calles en Ochánduri, cita a modo de ejemplo, viene acompañada de subvenciones procedentes de la Comunidad Autónoma.