Las bodegas alertan de que se trata de «romper» la DOCa

Feli Agustín
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Los productores apelan a la «lealtad» de los políticos

Íñigo Torres. - Foto: Ingrid

Organizaciones de bodegueros rechazan frontalmente la moción nacionalista y, en contra de lo que suele ser habitual, Grupo Rioja y Bodegas Familiares de Rioja expresan una opinión coincidente.

Íñigo Torres, director general del Grupo Rioja, que comercializa el 70% del valor del vino de Rioja Alavesa, espera que «todos los partidos políticos respeten la decisión y la opinión de los propietarios legítimos de la Denominación, esto es viticultores y bodegueros», que vaticina que será, de manera abrumadora, contraria a la proposición del PNV.

Ígor Fonseca.Ígor Fonseca. - Foto: Óscar SolorzanoRechaza que se trate de un asunto relacionado con la diferenciación, que apoyan, sino del uso de la marca Rioja, «y de la unidad de gestión y de control». Al respecto, destaca que la marca «se ha construido con el trabajo y esfuerzo de muchas generaciones de viticultores y bodegueros de toda la Denominación, de tal manera que se muestran «totalmente en contra» de que una parte de la DOCa pueda «apropiarse» del todo y «gestionarla de manera individual, al margen del resto». Insiste en la importancia de la «unicidad de control y gestión», una circunstancia «básica» a la hora de mantener el «equilibrio la cohesión y la competencia» entre operadores. «Debe ser un único organismo el que gestione la Denominación y su control», reitera, porque «si  lo lleva otra entidad diferente al Consejo Regulador, se rompe el principio de unidad y se pone en riesgo todo el entramado».

Bodegas Familiares de Rioja, por su parte, considera una «intromisión política» la moción del PNV y afirma que «lo que se pretende es romper la DOCa, con una propuesta que no tiene sentido porque supondría crear tres consejos reguladores». Su gerente, Ana Jiménez, señala que apoyan la «diferenciación territorial» de Rioja, pero descarta  una propuesta basada en nuevas líneas políticas administrativas que, además, rompen territorios geográficos uniformes, como la Sonsierra.

Sospechan, además, que detrás de la iniciativa, «hay un intento de posicionar los vinos de Rioja Alavesa por encima y en detrimento del resto, con la capacidad económica del Gobierno vasco, y sin obedecer a criterios objetivos ni reales del mercado». 

 

Lealtad. Al igual que en el caso de los bodegueros, la opinión también es unánime entre los representantes de los viticultores. Ígor Fonseca, secretario general de Asaja, ha pedido «apoyo y unidad» de las fuerzas políticas riojanas «ante el inaceptable chantaje del PNV de crear una nueva denominación de origen vinícola».

Apela a la «unidad y sentido común» contra un planteamiento «desleal y oportunista» que busca aprovecharse de una Denominación de Origen avalada por el mayor rango reconocido en la Unión Europea y «del esfuerzo particular de miles de viticultores».

«Es el fruto del esfuerzo incalculable de años, inversión y, sobre todo, prestigio y calidad del que viven familias, bodegas, empresas y  por las que no vamos a consentir que el mercadeo político sirva para perjudicar los intereses de Rioja y el patrimonio de todos los viticultores», destaca Fonseca.

Por su parte, Roberto Salinas, responsable vitivinícola de la Unión de Agricultores, ve este movimiento con «preocupación» y destaca que las normas deben ser iguales para el conjunto de la Denominación. «Si esto saliera adelante, supondría distintas normas para diferentes zonas», constata Salinas, que confía en que el pleno del Consejo del lunes se manifieste de manera casi unánime en contra de la proposición del PNV.

Desde UPA, su secretario general, Néstor Alcolea, coincide, de manera casi excepcional, con Asaja, y solicita unidad a todas las fuerzas políticas en defensa de la Denominación. «Rioja no puede ser moneda de   cambio   en   ninguna   negociación   partidista», afirma Alcolea, que avisa de que, de salir adelante esta propuesta nacionalista, se fragmentaría la DOCa, cuando su «éxito» ha residido en la unidad.