Mes y medio después de que Logroño estrenara el controvertido proyecto Calles Abiertas, el responsable municipal del programa, Jaime Caballero, escuchó este jueves, en un ambiente «cordial», las quejas de los comerciantes de la vía en la que se puso en marcha, República Argentina, que ya habían expresado sus críticas a una solución de movilidad que no les convence, malestar que, de manera primordial, viene provocado por la reducción a un solo carril de circulación.
«La restricción entorpece maniobras de aparcamiento, tareas de reparto, la circulación de ambulancias o de vehículos de centros de día», explica Fernando Cortezón, presidente de FERComercio, que constata que una parada atasca toda la calle, lo que genera «pitidos y mala gaita».
Los alrededor de 40 comerciantes del tramo de República Argentina donde se ha intervenido, entre Gran Vía y Pérez Galdós, contaron con el respaldo de la FER y de la asociación Galdós XXI, que expusieron a Caballero, a quien acompañó Kilian Cruz, que esta situación empeorará con el comienzo del curso escolar, «suponiendo un problema mayor que en la actualidad». Durante la reunión, que transcurrió de manera cordial, el responsable municipal de urbanismo, se comprometió a analizar las demandas de los comerciantes, a estudiar la rotación de los parkings o regular las cargas y descargas.
«Nosotros no somos quienes para decirle si la calle tiene que tener un carril, dos o uno y medio;pero tal como está no es agradable ni amable ni práctica», apunta el presidente de FER Comercio, cuyo establecimiento, Escala, se ubica en República Argentina.
Cortezón, que extrajo la impresión de ser escuchado, defendió la importancia comercial de una calle de evacuación en el eje norte-sur de la ciudad, «que debe permitir desalojar más tráfico y las maniobras de aparcamiento».
¿Qué hacer? El comerciante, que entiende que el concejal se mostró receptivo «y dispuesto a mejorar cosas en la calle», señaló que la opinión general es que «ha estado bien la prueba», pero no puede permanecer en su actual estado.
«Pensamos que hay que hacer una intervención rápida, definitiva y con una solución para todos», señala el prescindente de la FERComercio, que apunta que el sentir mayoritario es la apuesta por una calle con dos carriles.
A título personal, insiste en este matiz, defiende una solución como la aplicada en Doctor Múgica, con un carril más amplio, que permite maniobrar con holgura. «Sería mantener el actual diseño, añadiendo medio metro más a la circulación para poder hacer esas pequeñas cosas que quitan la crispación», sugiere, a la par que invita a «un cambio estético». Desde un actitud conciliadora, proponen aceras más amplias sin escalones, ni «alumbrado en medio de la misma, como ahora».