La Rioja sigue perdiendo población año a año. Según los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística, la región perdió 1.219 personas con respecto al año anterior. Si bien, los datos son mejores que en 2020 cuando La Rioja perdió 1.382 habitantes, todavía no ha recuperado los niveles de crecimiento vegetativo de 2019, antes de la pandemia. El primer año que la Comunidad comenzó a reducir población fue en 2015, con 52 habitantes menos. Desde entonces, la serie anual ha ido descendiendo hasta llegar a los datos de 2021.
Nuestra comunidad es también una de las más envejecidas. El porcentaje de personas de más de 60 años que viven en la región se eleva hasta un 21,76%, la quinta más alta de España, solo por detrás de Aragón, Asturias, País Vasco y Galicia. Y una de las razonas del envejecimiento gradual de la población es el aumento de la esperanza de vida que sí se recupera tras superar los años más duros de la pandemia, peses a no alcanzar los niveles de 2019. Así, los hombres riojanos viven una media de 80,4 años - en 2020 la cifra descendió a los 79,6 años-; mientras que las mujeres viven en La Rioja de media 86,11 años cuando en 2020, esa cifra bajaba hasta los 85,46 años.
La maternidad se retrasa cada vez más. Según los datos el Institutor Nacional de Estadística, la edad media de las mujeres riojanas que deciden ser madres es cada vez más tardía, hasta llegar a los 32,75 años. En 2020, esa edad media se situaban en torno a los 32 años y medio. En diez años, esa cifra ha descendido en 1,25 años.
Y es que el número de nacimientos en la comunidad riojana no termina de recuperarse y es, incluso más bajo que en 2020. El año pasado nacieron un total 2.192 riojanos, 200 niños y niñas menos que hace dos años cuando vinieron al mundo en suelo regional uno 2.319 niños y niñas. Una generación que será conocida como 'los bebés pandemials', criaturas que nacieron durante las restricciones que estuvieron motivadas por el covid-19. Previamente, en 2019, los nacimientos fueron 2.408.
Otro de los indicadores de población que puede dejar entrever cómo los efectos de la pandemia y la posterior crisis económica está actuando en el desarrollo de las familias riojanas y sus especificidades, es el de los matrimonios. El número de enlaces creció hasta los 972, mientras que en 2020 fueron 623, pero esa cifra está lejos de acercarse a los contratos matrimoniales que surgieron en el años 2019 que fueron 1.141.
Y en cuanto a las defunciones, en La Rioja se produjeron un total de 3.411, una cifra inferior a la de 2020, que fue una de las mayores registradas en toda la serie histórica riojana a y a nivel nacional, motivada por los efectos del coronavirus en la sociedad riojana: 3.700 defunciones.