Taquio Uzqueda: "Me considero un influencer de pueblo"

Víctor Zurrunero
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La mayoría de sus obras respiran sus raíces riojanas y su musa principal es Logroño. Su afición por el coleccionismo le ha hecho recopilar más de 10.000 documentos y fotos relacionadas con la capital

Imagen del artista Taquio Uzqueda. - Foto: Óscar Solorzano

Artista polifacético y apasionado del coleccionismo, Taquio Uzqueda no pierde la ilusión por afrontar nuevos proyectos. Hace unos años se jubiló de su profesión como comercial, pero no quiere ni oír hablar del retiro artístico. Desde pequeño descubrió que le gustaba el dibujo y no ha dejado de trazar  líneas desde entonces, con obras que han llenado exposiciones, ilustrado libros o carteles. También, le ha dado tiempo de atesorar un archivo con postales, fotos y cartas relacionadas con Logroño, una ciudad que ama profundamente. Aunque, la niña de su ojos son su hijas y ahora sus nietos, con los que disfruta como un niño más.  

¿Cuándo descubrió su talento para el dibujo?

Creo que con cuatro años. Recuerdo que la maestra de parvulitos del colegio Padre Marín me regaló un caja de lapiceros de colores el último día del curso. Era el año 1955 y en esa época una caja así era lo más. Volví a casa feliz con el regalo. Estoy seguro de que, en ese momento, ella ya vio que yo tenía algo innato para el dibujo. La verdad es que siempre he estado con el dibujo.

¿Es usted muy polifacético, con qué aspecto se quedaría?

No me quedo con ninguno porque a mí lo que no me gusta es encasillarme. He trabajado muchas técnicas como acuarela, plumilla, acrílico, hasta hice una exposición de óleo en el año 1999. También he ganado concursos de fotografía. Me gusta escribir y colaborar con los medios de comunicación. Igual es verdad el dicho que reza: aprendiz de mucho, maestro de nada, pero me da igual porque yo lo hago para divertirme.

 

¿Cuándo empezó su afición por coleccionar cosas?

De niño. Yo iba por la calle, veía tres piedras y hacía colección de minerales, (ríe). Primero hice de sellos, de papeles de azucarillos, de insignias, de llaveros…te podría decir muchas. 

¿Cuántas colecciones tiene?

Ahora, básicamente, tengo tres. Una temática sobre Logroño donde conservo unas 2.000 postales antiguas, 4.000 modernas, 1.000 fotos antiguas del siglo XIX y unas 4.000 cartas desde el año 1500 hasta la actualidad. Tengo otra con más de 200 máquinas de fotos. Comencé a ponerlas en Facebook y me empezaron a dar más. Y luego, otra importante de etiquetas de vino de Rioja, sobre todo de los siglos XIX y XX, y estoy haciendo un estudio del diseño en La Rioja, a través de las etiquetas de vino.

¿Dónde guarda tanto material?

Tengo un estudio de 40 metros cuadrados, con las paredes forradas de estanterías. Y además la habitación de mi hija, que ya no vive en casa, que también la he expropiado, (sonríe). En total, unos 52 metros cuadrados. Mi mujer siempre me dice que algún día se va a hundir el piso de arriba. 

¿Qué pieza es la joya de su colección?

Posiblemente algunas cartas o postales antiguas, algunas son casi incunables. También tengo otras que son muy curiosas.  

¿Con qué Logroño se queda, con el de ahora o el de su infancia?

Si duda con el de ahora. El Logroño de mi infancia era un pueblo con muchas calles alrededor, casi sin asfaltar. 

¿Qué rincón de Logroño cree que se tendría que haber conservado?

Pues todos. Lo primero la muralla, también tiraron uno de los tres palacetes del Espolón y luego por la calle Ruavieja o Barriocepo han tirado edificios como la Casa del Copón. Es una pena. Si lo comparamos con otras ciudades como Vitoria o Pamplona, que han rehabilitado el casco antiguo de una manera impresionante, aquí  hemos tirado muchas cosas.

Es usted muy activo en las redes, ¿se considera un influencer?

Bueno, tengo casi un millar de seguidores. Cuando pongo según que cosas, entra al trapo mucha gente. Me considero un influencer de pueblo, (ríe).

Su sección en Facebook del ascensor está teniendo mucha repercusión, ¿no le ha llamado ningún político para que le saque en ella?

Todo el mundo que me ve, me pregunta si a él no le voy a sacar. La verdad es que tengo una gran lista de espera, (sonríe). Empecé con ello sin darle importancia, pero me di cuenta que cada vez que ponía un fotomontaje la gente reaccionaba bien. Yo me lo paso bien y la gente interactúa con ello.

Creo que tuvo la oportunidad de regalarle una de sus obras a la reina Letizia.

Sí. Yo hice una exposición en San Millán. Un mural con noventa iglesias y ermitas que están bajo la advocación de San Millán de la Cogolla, con la ayuda de mi hija Sheila que es diseñadora. Además, colgamos en una pared 30 de las obras originales. En una visita de la Casa Real, los reyes pasaron por mi exposición y tuve la oportunidad de regalarle a la entonces Princesa de Asturias uno de los cuadros. Me salté un poco el protocolo, pero puedo decir que la reina de España tiene un cuadro mío.

Me han contado que es un abuelo entregado.

Como abuelo intento ser un nieto más. Recuerdo mi infancia y me comporto como un niño más. Yo creo que  a veces me debo de pasar, porque hasta me riñen los nietos y me dicen: ¡abuelo no hagas eso!

¿Les está instruyendo por el camino del arte?

Sí, pero cuando les apetece.  El otro día estuve ayudando a la pequeña con unos dibujos del colegio, que quería que los hiciéramos juntos. La mediana toca el violín y le gustan las plumillas, y yo se las dejo. Al niño le gusta más pintar. Pero cuando quieren, ellos saben que en mi estudio tienen de todo y pueden cogerlo, porque lo saben cuidar. Aunque lo que más les gusta es el ordenador y las tabletas.

 

¿Como logroñés es más de San Bernabé o de San Mateo?

De San Bernabé, porque durante muchos años me iba a Salou en los sanmateos.

¿Se siente reconocido por sus paisanos?

Sí, tengo la Cruz del Mérito Civil de la Guardia Civil o la insignia de San Bernabé. Estoy muy orgulloso. Yo intento ser amable y colaborador con todo aquel que me pide algo y creo que la gente te corresponde. 

Está usted más ocupado de jubilado que cuando trabajaba.

Tengo un calendario grande en casa donde apunto las cosas. Acaba de empezar el mes de julio y ya tengo muchas citas (ríe). Aunque algunas son de ir a la enfermera a que me tome la tensión, porque empiezas ya con la ITV. 

¿Ha pensado jubilarse también de la vida artística?

Nunca, seguiré dando guerra mientas pueda.