El padre de Carolina destaca el carácter posesivo de Adriana

EFE
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El progenitor de la niña de 5 años asesinada en 2020 declara en la segunda jornada del juicio que la madre y acusada del crimen 'nos hizo la vida imposible tras la custodia'

La acusada (segunda por la izquierda), durante una de las jornadas del juicio. - Foto: Ingrid

El padre de Carolina, la niña de 5 años presuntamente asesinada por su madre en un hotel de Logroño en enero de 2020, ha declarado este martes en el juicio que su expareja Adriana U. le hizo la "vida imposible" a todo su círculo familiar desde que a él le concedieron la custodia de la pequeña y más desde que se enteró que él tenía una nueva pareja.

La Audiencia Provincial de Logroño ha celebrado la segunda sesión del juicio, que se desarrolla con un tribunal popular y que se prevé que se prolongue hasta el próximo 17 de febrero.

El fiscal, la acusación particular ejercida por el padre de la menor y la acusación popular de la asociación Clara Campoamor piden prisión permanente revisable a la madre como presunta autora de un delito de asesinato; mientas que la defensa sostiene que la autora de la muerte fue la abuela materna, antes de suicidarse en el río Ebro.

A preguntas de la jueza, el padre de Carolina ha confirmado que la madre de la pequeña tenía un carácter posesivo hacia la menor y era poco influenciable por la abuela materna, quien no se metía en las decisiones que tomaba la pareja.

El progenitor ha recalcado que fue la acusada quien tomó la decisión de tener un hijo, comprar un piso y casarse -algo que no llegó a ocurrir-, porque "ser una madre joven era su obsesión", de modo que él accedió, aunque argumentaba que prefería esperar porque no se sentía preparado.

La pareja, que residía en Haro en el piso común, se separó en junio de 2015, a los seis meses de nacer la niña, tuvo problemas con la custodia de la pequeña, que primero fue para la madre, después compartida y finalmente para el padre.

Por ello, ha relatado que la acusada interpuso diversas denuncias contra él, porque argumentaba que él era mal padre, que no se ocupaba correctamente de su hija, no atendía sus cuidados y rompía sus hábitos de sueño; algo que él ha desmentido, ya que, además, contaba con el apoyo de sus padres para ayudarle cuando trabajaba por las mañanas como maestro.

La niña tenía neutropenia, una enfermedad autoinmune provocada por un descenso los glóbulos blancos, que le obligaba a acudir a revisiones a un hospital de Madrid, pero podía haber vida normal y no seguía ningún tratamiento, más allá de estar pendiente de que no le subiera demasiado la fiebre, ha explicado.

En relación a esta enfermedad, ha dicho que siempre acudió a las revisiones en Madrid junto a la madre, quien llegó a preguntar a uno de los médicos si la causa de esta dolencia podría ser el consumo de drogas por parte de los padres; y, unos días después, apareció en el buzón del padre un sobre con polvos blancos, que resultaron ser azúcar glass.

El padre de la Carolina ha insistido en que su expareja se obsesionó con su nueva novia y la perseguía en su coche por la calle cuando esta salía de trabajar.

Muy emocionado durante su declaración, ha recordado a su hija como "un encanto", una niña "feliz", que transmitía felicidad y cariño a todo el mundo, que siempre sonreía y era "un amor".