El sueño de A Malata al final fue pesadilla

Roberto Adrián Gil / Ferrol
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Unos 200 aficionados riojanos no dejaron de animar a la UDL pero el Villarreal B, con una media hora final letal, echó por tierra las ilusiones de los seguidores blanquirrojos

Aficionados riojanos que no se perdieron el partido de la UDL. - Foto: El Día

Por delante, 600 kilómetros de hiel. El regreso más duro tras un epílogo esperado pero cruento.  Una mini marea blanquirroja se dio cita en Ferrol. Cerca de 200 riojanos no se quisieron perder el encuentro de semifinales de su equipo en tierras gallegas. Una hazaña al alcance de pocos forofos. Ellos fueron la voz de UDLen A Malata.

Alguno aterrizaron en tierras gallegas el viernes, aprovechando para pasar el fin de semana, otros el sábado (el Deportivo-Linares fue un gran atractivo) y muchos apuraron hasta el mismo día del partido.  Todo valía apra disfrutar de su equipo en un día muy especial.

Pese a ser pocos, pero entregados, las calles ferrolanas se tiñeron de blanquirojo por un momento, al igual que A Malata que se mimetizóm a las mil maravillas. Poco público.Daba igual. Era día de disfrute y eso se notaba en el ambiente. 

El partido comenzó con ganas y con las dos aficiones reivindicativas con cánticos contra la RFEF y contra un modelo de 'play off' que gusta a pocos y que disgusta a la gran mayoría. Pese a ello, cánticos y ambiente festivo en una grada que sufría y protestaba a partes iguales hasta que, en el minuto 43, todo cambió. Duba desató la euforia en unos aficionados que siempre creyeron y que lo celebraron por todo lo alto. Tras un merecido descanso y aún con el regustillo del tanto a favor, la hinchada blanquirroja no cesó en su empeño de llevar en volandas a su equipo. Pese al dominio amarillo, la afición logroñesa nunca dejó de animar. Eso sí, el gol de Alberto del Moral fue un jarro de agua fría. Acostumbrados a sufrir, el tanto groguet desanimó a una hinchada que ganaba por goleada y que no sabía cómo recomponerse tras el mazazo. Pero lo peor estaba por llegar.

Una falta en la frontal supuso un golpe mortal, una puñalada directa al corazón de un equipo y de una hinchada que veía como se le escapaba un partido controlado. Dela, con un disparo seco y potente desde la frontal, silenció a los riojanos. El gol de Iosifov en el 94 no hizo más que certificar un un triste desenlace que se acrecentó con el pitido final.

Tras 94 minutos de lucha y de entrega, los aficionados blanquirrojos alentaron, uno a uno, a un equipo que se vació aunque no pudo con el Villarreal B. El equipo sigue enPrimera RFEF. La afición desplazada a Ferrol y la que se quedó enLogroño es de 2ª.