De la ilusión a la decepción

El Día
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ElPalacio vibró hasta que Del Moral, Dela y Iosifov acabaron con el sueño del ascenso de una UDL impulsada por Dubasin con un gran remate a pase de Pinillos

Desesperación al término del encuentro en el Palacio. - Foto: Óscar Solorzano

Cuarenta minutos de nervios, media hora de ilusión desenfrenada, la que medió entre el gol de Dubasin, el descanso y el cabezazo de Del Moral y, después, mucha resignación. Lo que pudo ser un gran día en clave blanquirroja se quedó en un casi. El Villarreal B no estaba por la labor. 

Fueron pocos los riojanos que se atrevieron a desplazarse a Ferrol y muchos más los que aguardaron, con nerviosismo, un 'play off' desangelado. El ambiente que no hubo en A Malata lo hubo en Las Gaunas y el Palacio, templos del deporte riojano al aire libre y bajo techo.

El día, además, acompañó y solo el filial groguet se saltó un guion que invitaba a una resistencia numantina. La penúltima de la temporada. 

Pero Del Moral se interpuso entre el sueño blanquirrojo y la realidad amarilla. 

A primeras horas del día, el público familiar fue tomando posiciones en Las Gaunas. Juegos para niños, a la intemperie, y pasatiempos para adultos, bajo techo, acortaron la espera.  Quien no estaba de los nervios pudo hasta comer si así gustó.

A medida que se aproximaba el pitido inicial, los seguidores dividieron su atención entre Nadal y la sobremesa. El de Manacor vistió de amarillo. No sabemos si eso fue un mal presagio.

De la Philippe Chartier, televisiva, se pasó al Palacio que estaba ya en ebullición y lo siguió estando hasta el minuto 42. Fue ese el punto de ignición. El gol de Dubasin se festejó como si lo hubiese marcado aquí al lado.

El descanso no enfrió los ánimos de los cerca de 3.000 aficionados que pusieron color al Palacio que registró su mejor ambiente de la temporada. Tras el paso por vestuarios, los nervios se apoderaron de los seguidores. No había más uñas para comerse. Cada remate amarillo era un disgusto. Pero los jugadores y sus sufridos seguidores resistían. Sin embargo, en el minuto 61 todo cambió. Llegó la igualada. El sueño se enfrió pero era posible hasta que Dela, con un lanzamiento desde la lejanía, acabó con una afición que ya no tenía santos a los que encomendarse. SanPascual ganó la partida a San Mateo para desesperación delPalacio.