La "dictadura" del "canon estético" en la imagen afecta cada vez más a muchas personas, que quedan al margen de él por su aspecto físico y que son víctimas de estereotipos que han aumentado a través de las redes sociales, ante lo que es necesario un "filtro ético" de quien capta las imágenes para exponer los cuerpos tal y como son.

Así lo considera Alfonso da Silva, coordinador del grado en Fotografía de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y profesional de la imagen desde hace décadas, en una entrevista concedida a EFE con motivo de la celebración del Día Internacional de la Fotografía, que se conmemora el 19 de agosto.

Fotografía editada de una modelo, en una imagen de archivo. - Foto: Jakob Owens (Unsplash)

El desarrollo de las redes sociales "parecía" que depararía una mayor diversidad estética en las imágenes "pero hay que tener en cuenta cómo funcionan esas redes como empresas que son", detalla Da Silva.

Así, las redes sociales más conocidas trabajan "con unos algoritmos que potencian el que se difundan más unas imágenes que otras" y generalmente dan relevancia a las que responden a cánones estéticos "de siempre", eso es, cuerpos perfectos unidos a una vida triunfadora.

De hecho, detalla Da Silva, se ha llegado a conocer que algunas de esas redes "tenían órdenes internas para no difundir publicaciones con gente que consideraran fea, pobre o que tuviera alguna discapacidad".

"También se han hecho estudios de cómo influye la principal red de imágenes en las chicas jóvenes y una de las conclusiones es que un tercio se sienten peor por ver esas fotografías", detalla.

No obstante, Da Silva reconoce que "sobre todo en Europa" ha crecido la conciencia de que hay que reflejar imágenes diversas, que se salgan de estereotipos, "pero quedan otros países en los que o por censura o por una mentalidad determinada llega a las redes siempre lo mismo, fotografías relacionadas con el atractivo físico y una visión sexualizada de la realidad".

"Quienes dirigen las redes sociales saben el perjuicio que causa eso, pero solo buscan su propio beneficio, aunque eso implique una ausencia total de ética" y "quizás, como sociedad, deberíamos empezar a hacer una reflexión profunda sobre esta cuestión".

También aboga por una "visión crítica" de las imágenes que nos encontramos en las redes sociales "aunque para eso es necesario fomentar una cultura visual" ya que "las redes son algo que nos va a acompañar ya siempre y por eso hay que ser conscientes de que detrás de cada fotografía hay una idea y un mensaje".

"Quizás habría que poner algunos límites a las empresas que dirigen las redes sociales" porque si no "esteremos ante la pescadilla que se muerde la cola" ya que "siempre se difundirá el mismo canon estético unificado y desde esas instancias se dirá que es lo que quiere la gente".

Pero "a lo largo de la historia ya se ha demostrado que un canon estético es algo cultural que puede cambiar" y por eso "tenemos que ser conscientes de al difundir determinados estereotipos se perjudica a miles de personas".

Porque "algo que parece tan inocente como publicar fotografías en redes" puede deparar incluso "casos dramáticos" de "chicas y chicos que se creen forzados a comportarse de determinada manera o a comer mal para parecerse a esos cánones estéticos que repetimos en las redes".

Por ello, esta no es solo una tarea de los profesionales, subraya, sino que "todos debemos pensar en no ceñirnos a la estética de la perfección" y "transmitir mensajes positivos sobre nosotros mismos sin deformar la realidad, que es lo que hacemos en muchos casos, incluso sin pensarlo".

"Cuando nos hacemos un 'selfie' desde arriba para parecer más delgado estamos dando un paso para tratar de parecer algo que no somos", subraya, y por eso reclama ese "filtro ético" para mostrar la realidad de las personas como sí es, concluye el fotógrafo y profesor de UNIR.