Empate en la adversidad

M. A. G-S.
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Castri factura un golazo para igualar a un Numancia que necesitó dos minutos para sumar un punto

Sarriegi frena a Carrillo. - Foto: Óscar Solorzano

Ficha técnica:

SDL: Jero; Monroy, Caneda (Monreal, 67),Víctor Ruiz, Manny Rodríguez; Sarriegi, Borja Martínez y Diego Esteban (Madrazo, 87; Samanes (Asier Córdoba, 77), Unzueta (Silvente) y Casti (Emilio Lozano, 67).

Numancia: Ayesa; Valin, Simic, Gorka Pérez, Jaume Pol; Dani Sánchez(Zarzana, 81), Bonaldo, Toni Arranz, Carrillo (Fer Román, 85), Mancebo (Cotán, 61); y Rubén Mesa (Mahicas, 85).

Árbitro: Muñiz Muñoz (colegio aragonés).Amonestó al segundo Hodei Calzón y Borja Martínez. Amarilla al sorianoSimic.

Goles: 0-1,  M. 2:  Rubén Mesa, de cabeza; 1-1,  M. 12:  Castri, tras regatear en una baldosa y alejar el cuero a la escuadra izquierda de Ayesa.

Incidencias: 2.621 aficionados (más de 600 de ellos sorianos), según informó el club, en el Municipal de Las Gaunas.

La Sociedad Deportiva Logroñés se tuvo que conformar con una magra igualada en un encuentro en el que si bien el 1-1 final fue justo, si alguien mereció la victoria fue el cuadro blanquirrojo que empató en la adversidad.

Los blanquirrojos arrancaron mal ante un voraz Numancia que hizo pronto los deberes y, encima, se encontró con la colaboración del colegiado del encuentro, un Muñiz Muñoz lesivo para los intereses locales especialmente en una primera mitad en la que el colegiado aragonés escamoteó dos penaltis al cuadro de Llona, interpretó de una forma sui generis la ley de la ventaja y se equivocó, en contra de los intereses riojanos, en casi todas sus decisiones. Con  todo, un golazo de Castri en un arreón infinito de los logroñeses permitió el 1-1 que, en los casi ochenta minutos restantes, no se vio alterado.

La Primera RFEF supone un paso adelante con respecto a la Segunda B  pero, por momentos, Sociedad Deportiva Logroñés y Numancia parecieron congelar el tiempo y volver a los primeros dosmil. La propuesta blanquirroja es siempre académica pero el mal estado del terreno de juego impidía lucimientos. El Numancia, cuya anterior presencia en Las Gaunas se remontaba a octubre de 2004, con los sorianos en Primera y el Recreación como rival copero (0-3), se encontraron con un tapete que recordaba a El Fango, campo de rugby bilbaíno, o Arlonagusia, Lemoa, símbolo máximo de las bondades de la extinta división de bronce.

Los de Iñaki Bea, en cualquier caso, se adaptaron a la pefección y en un inicio racial acogotaron a los riojanos que solo salieron de su área para sacar de centro tras un cabezazo certero de RubénMesa en el minuto 2. 

El Numancia, en su carga inicial, se vio por delante, favorecido por la laxitud del trencilla, que no interpretó falta alguna a Manny Rodríguez en la acción defensiva previa al gol soriano.

Los blanquirrojos, lejos de ensimismarse, cargaron con furia. Se olvidaron del canon y apelaron a la fuerza y garra como estética contra natura. Los de Llona, en un campo impracticable, arrancaron tres córner seguidos. En uno, Víctor Ruiz fue neutralizado con un evidente agarrón en el que el árbitro, fiel a su permivisidad,se inhibió.

El ímpetu blanquirrojo encontró su premio en el minuto 12. Castri, casi siempre discutido, se revolvió en una baldosa, firmó un regate poético y levantó la vista para alojar el esférico en la escuadra izquierda de Ayesa. Facturó un golazo, una floritura que espoleó a los blanquirrojos. Fueron los mejores minutos del equipo de Llona que percutió y percutió en busca del segundo.

Este no llegó. En algunas ocasiones, el mérito fue del Numancia, que se parapetó con orden y tejió una red plagada de trampas de las que la SDLno supo salir con oficio.

En otras, fue el propio equipo riojano el que se excedió en arabescos, sin acertar a finiquitar a su rival. Ocasiones hubo para el segundo. Primero Unzueta lo intentó de espuela tras una gran combinación de Manny y Samanes. La más clara la firmaron Castriy Monroy, en un dos para uno en banda derecha que Borja Martínez, solo al borde del área y asistido por Unzueta, malinterpretó.

En las más, el juez de la contienda añadió plomo en las piernas blanquirrojas. Primero decretó falta a Samanes, al borde del área, cuando Monroy se aprestaba a ejecutar el mano a mano. Después no entendió como penalti un contacto a Unzueta en el área.

En la segunda mitad, el encuentro moderó su ímpetu. El Numancia daba por bueno el empate y trató de evitar daños. No inquietó a Jero y se preocupó más por evitar las acometidas de Manny que por buscar el 1-2. Carrillo fue el único soriano con ideas.

A la SDL, en un terreno cada vez más pesado, le faltó oxígeno. Unzueta, en remate forzado, a punto estuvo de penalizar un mal despeje soriano. Después, Diego Esteban remató desviado. No era su día.

Los riojanos, con Asier Córdoba y Madrazo sobre el barrizal de Las Gaunas, lo intentaron sin fortuna.

Un punto en las trincheras fue el balance de un duelo ante la adversidad, un empate para hacer grano sobre el lodo, de un fútbol de otra época en la que, en cualquier caso, la SDLno desmereció.