«No poder regar es malo pero no poder beber es mucho peor»

Javier Alfaro P.
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El director general de Recursos Hídricos del Gobierno de La Rioja, Rubén Esteban, asegura que se trabaja en garantizar que el agua dure lo máximo posible. El embalse de Enciso estará para otoño.

Agua estancada en el río Leza, en el entorno del futuro embalse de Soto Terroba. - Foto: Óscar Solorzano

Para que el agua de los acuíferos y la embalsada actualmente dure el máximo tiempo posible, la Dirección General de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos del Gobierno de La Rioja está ojo avizor. En ocasiones deben advertir de situaciones críticas al resto de departamentos públicos y municipios para tomar medidas de impacto que traten de resolver la situación de algunas zonas y garantizar el agua de boca a la población, como actualmente está sucediendo en el tramo medio del río Ebro y en el Bajo Iregua (entorno de Logroño, que tiene sus propios sistemas municipales en coordinación con los regionales), «con una situación de emergencia clara», indica Rubén Esteban, responsable del área.

«El objetivo es que no haya problemas de abastecimiento a la población. No poder regar está claro que es malo, pero no poder beberla es muchísimo peor».

Además, a través del Consorcio de Aguas y Residuos se gestionan los cinco sistemas de abastecimiento de agua potable (de consumo humano) supramunicipal de La Rioja: Alto Leza, Bajo Iregua, Oja-Tirón, Río Yalde (Valle del Najerilla) y Valle de Ocón, que dan servicio a la mayoría de los municipios de la comunidad, controla las instalaciones propias de aquellos municipios ajenos a este sistema y que se nutren de pozos o manantiales, principalmente en la sierra, y se coordina con las grandes localidades con sistemas propios.

Esteban explica que, hasta ahora sin una sequía tan evidente, una de las grandes preocupaciones ya eran las «fugas de agua potable en redes de canalización o depósitos obsoletos o en un estado lamentable», así como el mal tratamiento del agua que en algunos sitios «se cloraba mal, en pleno 2019, cuando yo me incorporé al cargo, y en muchos sitios había demasiada dejadez».

Relata que se han dispuesto 7 millones de euros en los últimos años para solventar las situaciones más críticas detectadas. «En 40 municipios del Oja Tirón hemos puesto dispositivos a la salida de los depósitos para que en la potabilizadora detecten y solucionen problemas en tiempo real, lo queremos extender a más zonas como el Iregua para optimizar toda la red, que ya tenemos muy monitorizada, para intentar no perder ni un litro».


Enciso para otoño
La presa de Enciso está en la última fase de pruebas antes del comienzo de su explotación, prevista para noviembre.

El día 15 comenzó su último ciclo de desembalsado, paulatinamente, y hasta entonces «estaba llena, con sus 44 hectómetros cúbicos al máximo, y comenzó a soltar agua de forma escalonada lo que sirve para medir la respuesta del muro y los estribos al vaciado», indica Esteban.