¡Qué poco cunde el dinero!

Cayetano G. Lavid
-

La inflación más alta de los últimos 37 años, traducida en el aumento de precios más alto que se recuerda desde la última crisis, pone en un aprieto a la sociedad riojana para poder llenar el carro de la compra y llegar a fin de mes

Múltiples personas esperan turno para comprar en un puesto de charcutería. - Foto: Óscar Solorzano

Centenares de logroñeses visitan a diario el Mercado de Abastos. Algunos compran en él de forma diaria, otros hacen mayor acopio y aguantan una o dos semanas. Pero, sea cual sea el modus operandi de hacer la compra, la conclusión es la misma para los todos: llenar el carro es cada día más caro.

«No es que haya subido mucho, es que ha subido una barbaridad». Así de rotundo se muestra Luis, que explica que desde la semana pasada «ha vuelto a subir el precio de los productos» y, aclara: «Lo hace poco a poco, pero bajar, no baja».

Esto no preocupa solo a este comprador. Es el sentir generalizado de los consumidores asiduos del mercado. Es el caso de Menchu, que realiza la compra con su nieto. «Hay que alimentar a la familia todos los días, no podemos dejar de comprar por mucho que suba y eso que ya es un aumento considerable», se queja.

Tabla que muestra la subida de los precios con respecto al mismo periodo de 2021.Tabla que muestra la subida de los precios con respecto al mismo periodo de 2021. - Foto: El DíaAlgunas personas se sienten 'afortunadas' dentro del encarecimiento de los precios. Así, al menos, ve el lado positivo Ana, que «como no uso el coche con frecuencia, no me está golpeando tanto la subida de los combustibles, pero la última vez que eché gasolina, pagué el doble que la anterior». Y sobre los precios, esta logroñesa tira de filosofía: «Estamos en guerra, nos guste o no. Al menos no nos están bombardeando, pero estamos pagando el precio de estar en medio del conflicto de Rusia», asegura.

Quien sí que nota más la subida, porque emplea el coche a diario y viene desde Laguardia a visitar a unos amigos –y, de paso, a hacer algo de compra– es Ángel. «Actualmente tengo 700 euros de pensión para hacer frente a todo esto. Como siga subiendo, estoy seguro de que no voy a poder llegar a fin de mes», afirma.

Alicia acude al mercado con su carro, que cada vez se llena menos, pagando el mismo dinero. «Se nota sobre todo en la fruta y en la verdura. Si quieres tener una dieta equilibrada y saludable, está cada vez más complicado», alerta.

El caso de esta mujer es complicado. Al igual que muchas otras personas en riesgo de pobreza extrema, «tengo que vivir con una pensión de viudedad, alimentando a mi hijo, que se ha quedado en el paro y cada vez es más y más complicado llegar a fin de mes».

El perfil que más nota la subida es el del pensionista de baja renta, que ve difícil llegar a final de mes

La inflación es indiferente y afecta a todos por igual, por eso Alicia recibe la ayuda de «los encargados de los puestos, donde llevo comprando toda la vida, me conocen, saben cuál es mi situación y tratan de ayudarme en lo posible». Así, algunos dependientes echan una mano a esta mujer, reservándola algún producto que, por su apariencia o su estado, no triunfen ante los ojos de otros compradores y «me hacen el favor de ofrecérmelo, más barato», confiesa.

Al otro lado.

Desde el punto de vista del comprador, la visión es clara: todo sube y cada día que pasa, la subida es mayor.

Quienes están al otro lado, ven de forma bastante similar la situación, aunque sí que encuentran alguna diferencia.

Mª Carmen tiene un puesto de fruta y verdura en la Plaza de Abastos. Este es uno de los sectores donde más se nota la subida, sobre todo por estas fechas.

Preguntada al respecto, explica cómo, efectivamente, «hay un encarecimiento generalizado de todos los productos» aunque, lo bueno de su puesto es que «tengo muchos productos de mi propia huerta y puedo ajustar yo los precios para que no suban».

Mª Carmen, por tener una gran variedad de productos de cultivo propio, tampoco notó en su día los efectos del parón del sector de los transportes, aunque con un detalle: «Hablamos de lo que produzco yo aquí, en La Rioja. El producto  de fuera sí que está ligado a esa subida, por los precios del transporte y la ley de la oferta y la demanda», y asegura que «aunque los precios varían, ocurre todos los años».

El resto de los puestos del mercado ofrecen explicaciones similares y aclaran datos como la subida de productos 'habituales', como la docena de huevos, que ya ronda los 2 euros en un tamaño mediano o el aceite de oliva, que tampoco ha parado de subir, casi un 30 por ciento en el último año.

Los prodcutos de La Rioja resisten la subida mejor que aquellos que son de importación

Las hortalizas y las frutas también suben. El plátano, si es de Canarias, aumenta un 55% por el transporte, sobre todo. Y también sube, aunque solo 30 céntimos el kilo de media, el pollo.