Cada vez es más común ver en los tejados de viviendas, naves industriales e, incluso, edificios de la Administración pública instalaciones de placas solares que tienen como objetivo reducir la elevada factura eléctrica que este último año se ha doblado en España con unas tarifas desorbitadas, así como también, obtener unas ganancias extra a corto y medio plazo vendiendo la energía sobrante a las compañías comercializadoras.

En 2021, España duplicó la potencia de instalaciones para el autoconsumo, con importantes inversiones. En concreto, se activaron más de 1.200 megavatios (MW) de placas solares para autoconsumo lo que representó un incremento del 101,84%, según el último informe de la Asociación del sector fotovoltaico (UNEF) que señaló que se trata de una industria que está creciendo de forma muy rápida en España y que, en solo una década de actividad, cuenta ya con más de 720 empresas asociadas.

Se trata, además, de una potente economía que da empleo a más de 60.000 profesionales en el país y tienen actualmente una capacidad instalada de 16,23 gigavatios (GW).

En este mercado, solo el autoconsumo doméstico de España ha pasado de suponer el 19% en 2020 al 32% que representa a día de hoy. Por su parte, el sector industrial y comercial representan el 41% y el 26% respectivamente de la potencia que está activa en el país.

En estas cifras no se incluye el segmento del autoconsumo colectivo que está en plena fase de apogeo y, aunque en las últimas décadas se han visto instalaciones de este tipo en los tejados de comunidades, es ahora cuando prácticamente la mayoría de las construcciones ya incluyen esta infraestructura por el ahorro energético que representa.

Los economistas destacan la enorme potencialidad y la gran oportunidad que significa para familias y empresas esta tecnología que se caracteriza por su eficiencia y sostenibilidad. En esta línea, uno de los factores que más se valora para poner en marcha estas inversiones es que España cuenta con una media de 2.585 horas de sol cada año y, de hecho, es el país que tiene todo lo que necesita para liderar la transición energética a través del autoconsumo fotovoltaico.

Prácticamente, la totalidad de los tejados que existen son técnicamente viables para la instalación de placas solares, así como una cifra muy alta que aún no está calculada de fachadas de edificios residenciales en las que también se pueden colocar estas aplicaciones.

Con estas características, los expertos no dudan que España podría ser totalmente autosuficiente energéticamente con la puesta en marcha de unos 300 millones de paneles solares que, además, evitarían la emisión de casi 40 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

La energía fotovoltaica es la fuente más eficiente y competitiva económicamente, tanto entre las renovables como entre las demás que existen y de ahí su popularización.

Por autonomías, Andalucía es la región que dispone en España de mayor capacidad y potencial de generación fotovoltaica con más de 17.600 Megavatios pico (Mwp), seguida de Cataluña con 14.000, Valencia con 11.500, la Comunidad de Madrid con 9.300 y Castilla y León con 9.000 MWp.

Negocio

Las compañías energéticas han desarrollado la tecnología más moderna para la generación y consumo de esta fuente y adaptada a las necesidades de consumidor y, de hecho, son las principales promotoras de estas inversiones tanto a uso particular como gestionando proyectos domésticos, empresariales y de la Administración.

En definitiva, se trata de la energía del futuro, con un avance a gran velocidad por sus propiedades eficientes, no contaminantes y, sobre todo, por su alta rentabilidad para empresas y familias. De hecho, ya se puede ver como las placas solares colonizan los tejados a un ritmo frenético. En los últimos tres años se han multiplicado las nuevas instalaciones en todo el país y llegan a cada vez más industrias, viviendas y comercios.