El Mago Cid: 'Si la magia no se comparte la magia se muere'

Víctor Zurrunero
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Reparte su tiempo entre la magia y la docencia. Cruzó la puerta hacia el mundo de la ilusión de adolescente y casi por casualidad, pero ha hecho de esa afición su profesión. Su objetivo es que todos nos volvamos un poco más niños.

El Mago Cid. - Foto: Clara Larrea

El mago Cid es uno de los ilusionistas más populares en La Rioja.  Junto a su compañero el mago Alcalá puso en marcha el proyecto Ilusionitis con el que divulgan la magia a través de diferentes espectáculos, exposiciones y talleres. Su objetivo es llegar al mayor público posible y sobre todo que los adultos se vuelvan a sentir niños con sus juegos y trucos. Cuando se quita la chaqueta de colores y guarda su varita, Cid imparte clases de programación a alumnos de FP.  Reconoce que su trabajo como mago le ha dado  herramientas para mantener a los estudiantes pendientes de sus explicaciones. Siempre sonriente y optimista, incluso en momentos complicados como el que está viviendo su sector.

 

¿Cómo definiría la magia?
Yo entiendo la magia como la ilusión, hacer parecer real lo que es imposible. 

 

¿Qué tipo de magia es su especialidad?
Sobre todo familiar. Yo busco que disfrute desde el abuelo hasta el nieto. Quiero que lo más pequeños se diviertan y que los mayores volvamos a sentirnos niños. 

 

¿Qué público es más exigente?
Los niños, sin duda. Son muy sinceros. Si no les gusta algo te lo dicen.Si se aburren se van, pero si le gusta son los que más disfrutan.

 

La magia, ¿es sólo cosa de niños? 
En absoluto,  siempre asociamos la magia con los niños.  Es una idea equivocada.  La magia es para todos porque nos devuelve a una etapa en la que éramos felices.

 

¿Cómo se empezó a interesar por la magia?
Hace 24 años. La razón: para ligar. Pero te cuento un secreto...no se liga (risas).

 

¿Su primer truco?
Un juego que me regaló mi tía. Era de Magic Andreu y contaba con dos chimeneas y había que pasar un pañuelo de una a otra. Se llamaba Las chimeneas pasa pasa.

 

¿Alguna vez le han pillado el truco?
Sí, nadie es perfecto. Pero por suerte no se han enterado. Siempre hay que tener una salida. Lo importante es que si ocurre algún fallo el espectador no lo note. 

 

¿Quién son sus referentes?
Tengo muchos, pero destacaría a mi compañero el Mago Alcalá. Es como un hermano y me ha ayudado mucho a estar donde estoy ahora. Pienso que si la magia no se comparte la magia muere.

 

¿Qué expresión relativa a la magia utiliza más?
Mi eslogan es: si tienes magia no necesitas truco.


¿El mejor mago de la historia?
Harry Houdini, porque fue el que llevó la magia a los teatros y la convirtió en diversión. 

 

¿En qué momento de su vida le habría gustado ser escapista?
Cuando mi madre me reñía (risas).

 

¿Qué le gustaría hacer desaparecer?
Yo creo que nada, porque el tiempo me ha demostrado que incluso de lo malo se saca un aprendizaje. 


¿Qué es lo más raro que se ha sacado de la chistera?
Pues… es tan raro que es inconfesable, prefiero mantenerlo en secreto.

 

¿Cuántas veces ha utilizado la famosa expresión ‘polvos mágicos’?
Muchísimas veces y en diferentes contextos y situaciones (sonríe).


¿Qué ilusión o espectáculo le gustaría llevar a cabo?
En la que estamos trabajando ahora mi compañero Alcalá y yo. Va a sorprender y tenemos muchas ganas de estrenarlo.

 

Mago, ¿se nace o se hace?
Las dos. La magia te fuerza a ser comunicativo pero si eres muy tímido es más complicado.

 

Como mago, ¿es más de Harry Potter o de Merlín?
Sin duda de Merlín. Me encanta el personaje caricaturesco, de los dibujos, con la túnica y un poco torpe pero muy inteligente. 

 

Si pudiera tener un poder mágico ¿Cuál eligiría?
Poder volar, me encantaría. Incluso lo he soñado en alguna ocasión. Creo que me daría mucha libertad. Desde pequeño siempre me hubiera gustado  tener esa capacidad. Cuando veo un pájaro me trasmite la sensación de libertad. 

 

En el mundo de la magia, ¿el tamaño de la varita es importante?
Claro, el tamaño importa. Yo tengo un juego de magia que con una varita corta haces aparecer un paloma y con la larga un conejo. 

 

¿Dónde hace falta más magia?
Hay que llevarla en el día a día. Me encanta sacar la magia a la calle. Sorprender a alguien que va con sus problemas y divertirle un rato.

 

En su vida diaria, ¿Cuándo utiliza sus dotes de mago?
Principalmente cuando estoy dando clases. Yo las entiendo como una actuación, en el sentido de que en el escenario tienes que entretener para divertir y en el aula tienes que entretener para transmitir conocimientos. En el momento que se aburren, se pierden. 

 

¿Qué le dicen sus alumnos cuando se enteran que es el Mago Cid?
Hazme un juego. Eso es lo primero. Me buscan en internet. Tengo alumnos mayores de 18 años, pero quieren que les haga algún juego porque al final la magia nos encanta a todos porque te devuelve a la infancia.

 

Con sus habilidades con la magia, ¿sus amigos le invitan a jugar un partida de cartas?
Ahora sí (ríe), al principio no.  Generas desconfianza con la picaresca y el cliché de la magia con cartas. Pero ya se fían de mí. 

 

¿Se puede vivir de la magia?
Es complicado y en estos momentos todavía más. Implica mucho esfuerzo. Intentas diversificar entre actuaciones, clases de magia y espectáculos diferentes. 

 

¿A quién le daría un toque con su varita mágica?
Se lo daría a todos los responsables de sacarnos adelante. Para que trabajen todos juntos en la misa dirección para superar esta situación.

 

¿Uno de sus proyectos es Ilusionitis, en qué consiste?
Es la inflamación de la ilusión. Queremos que la gente se contagie de alegría y de felicidad.