Adiós al sedentarismo

SPC
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No solo es importante proponerse hacer deporte, sino luchar contra la pereza y hacerlo, porque lo bueno que aporta es 'infinito'

Adiós al sedentarismo

Tras hacer balance de 2022, muchas personas incluyen en su lista de propósitos para el nuevo año acudir al gimnasio, apuntarse a alguna actividad física, como zumba o spinning, o salir a correr dos veces por semana. «Lamentablemente, nuestra fuerza de voluntad no está siempre acorde con nuestras intenciones y estos propósitos caen con frecuencia en saco roto», sostiene el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.

Así lo confirma la última Encuesta Europea de Salud, publicada en 2021 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según la cual, la mitad de las personas encuestadas de 15 años o más afirmaba no realizar ejercicio en su tiempo de ocio y más de un tercio se declaraba sedentaria en su tiempo libre. En palabras de Maset, «los datos han mejorado levemente durante la última década, pero no al ritmo suficiente. La población, en general, sigue sin ser consciente de los beneficios de llevar una vida activa y, sobre todo, de los riesgos para la salud que implica el sedentarismo». 

Los beneficios para la salud son múltiples. En concreto, la práctica regular de ejercicio incrementa la masa muscular y la densidad mineral ósea (lo que prevendrá fracturas por osteoporosis en la tercera edad), mejora la condición cardiorrespiratoria, fortalece el sistema inmunológico y disminuye el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades crónicas y cáncer. También aumenta la fuerza y la resistencia, así como la movilidad en personas de edad avanzada. A nivel psicológico, reduce la susceptibilidad al estrés, aumenta la autoestima y minimiza los síntomas de la depresión y el insomnio. En los niños, contribuye a su integración y mejora los resultados académicos y, en los mayores, disminuye el riesgo de caídas y fracturas y mejora la salud cognitiva.

Los peligros del sedentarismo son numerosos también, ya que si además no se combina con una dieta sana, puede desencadenar o llevar al empeoramiento de enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión, así como a la pérdida de flexibilidad en las articulaciones y del tono y/o fuerza de los músculos, que, además, pueden sufrir contracturas. También el estado de ánimo puede empeorar, así como la calidad de nuestro sueño y la resistencia al estrés. De hecho, según un informe publicado el pasado octubre por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta 2030, se producirán en el mundo casi 500 millones de nuevos casos de enfermedades  prevenibles, debido a la inactividad física. «En definitiva, no mantenernos activos en nuestro día a día reduce nuestra calidad de vida y también las posibilidades de un envejecimiento saludable», aclara el experto de Cinfa.