Emoción, nervios y pereza en la vuelta a las aulas

Rebeca Palacios (Efe)
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51.352 alumnos riojanos han vuelto este jueves a las aulas con la emoción de reencontrarse con sus compañeros, nervios por comenzar una nueva etapa, pereza por recuperar las rutinas y con el alivio de no tener restricciones anticovid

Llegada de alumnos el primer día del nuevo curso en el colegio La Enseñanza de Logroño. - Foto: Raquel Manzanares (Efe)

Los alumnos riojanos han vuelto este jueves a las aulas con la emoción de reencontrarse con sus compañeros, nervios por comenzar una nueva etapa, pereza por recuperar las rutinas, pero, sobre todo, con el alivio de no tener que cumplir ninguna medida restrictiva tras dos cursos con limitaciones sociales por la pandemia de covid-19.

Un total de 51.352 estudiantes han comenzado el curso en La Rioja en los niveles de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional (FP), lo que supone 450 alumnos más que hace un año y un incremento del 0,87 por ciento.

La caída de la natalidad ha provocado un descenso de 262 niños en Infantil y 543 en Primaria, pero se han recuperado matriculaciones en Secundaria y FP, y también han aumentado los alumnos de la Escuela Rural, con un total 1.517, según datos aportados por la Consejería de Educación de La Rioja.

Aparte de recuperar la "normalidad" del inicio del curso 2019-2020, el último sin limitaciones en las interacciones sociales por la pandemia, este septiembre llega con novedades a los colegios e institutos de la región, como la implantación de los nuevos currículos por la aplicación de la Lomloe y la entrada en vigor del Decreto de Convivencia.

El Gobierno riojano ha destinado este curso 7 millones de euros para garantizar la gratuidad de los libros de texto en todos los niveles de la educación obligatoria, aunque complicaciones técnicas en la plataforma que gestiona los cheques libros ha retrasado la compra de los materiales, por lo que muchos niños afrontarán los primeros días del curso sin sus libros.

Este "caos organizativo" para gestionar la compra de los libros ha sido una de las quejas más repetidas por los padres antes de dejar a sus hijos en el primer día de clase.

En el paseo de la Constitución de Logroño, junto a las puertas del colegio concertado Compañía de María-La Enseñanza, algunas madres lamentaban que se les ha hecho "corto" el verano, mientras otras se alegraban de recuperar las rutinas y los horarios "ordenados" de la vida familiar.

Bien repeinado, Alejandro esperaba pacientemente la fila para acceder a su clase y comenzar otra etapa en primero de Primaria, "contento y con ganas" de aprender y conocer a nuevos amigos; pero Diego, alumno de segundo de Infantil, afrontaba su primer día "dormido y cabreado", según ha confirmado Laura, su madre.

María ha abrazado a sus amigas Leyre y Carmen después de todo un verano sin verlas, unos meses que se le han hecho "algo largos", según ha reconocido antes de empezar quinto curso, con nuevo tutor y otros compañeros.

"¿Con quién te ha tocado?" era una de las frases más repetidas antes de entrar al patio, ya que el cambio de ciclo implica cada dos años que los casi mil alumnos de las tres líneas de este centro se mezclen cada dos años en Primaria y todos los cursos en Secundaria.

Carlos Martínez, director de Infantil y Primaria de este colegio, ha explicado a Efe que el alumnado del centro ha aumentado este curso al asumir ocho alumnos del cercano CEIP San Francisco, que ha cerrado este curso, de otros lugares, como Oyón (Álava) y Venezuela.

Este curso, los 65 profesores del centro comienzan con la "incertidumbre" de impartir nuevas asignaturas por la aplicación de la Lomloe, pero, sobre todo, con "la tranquilidad y el alivio" de no tener que cumplir ninguna restricción por la pandemia.

"Para los niños es muy beneficioso a nivel emocional poder interactuar sin distancias y no llevar la mascarilla, que para ellos era como una pared", ha indicado.

Mientras los alumnos de primero de Infantil, conocidos como los "botoncitos" en el centro, por el botón de color que llevan cosido en la bata, han acudido por turnos un rato para "adaptarse"; el resto de alumnos solo han asistido tres horas y los de Secundaria dos en el primer día de clase.

Mañana ya, jornada completa y mochilas cargadas.