El interurbano no llega a 16 viajeros en la mitad de líneas

R. Muro
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Los 14 trayectos cuestan al Gobierno de La Rioja 1,87 millones de euros al año para compensar los costes de explotación de las empresas concesionarias de autobús

Varios usuarios esperan para viajar en un interurbano - Foto: Óscar Solorzano

El transporte público de viajeros en autobús vive actualmente momentos de cambios, tanto a nivel regional como a nivel nacional. Cambios que en gran medida buscan una mayor adaptación a criterios sostenibles, pero también a una mejor y mayor optimización de los recursos. El transporte interurbano de La Rioja mueve 472.472 viajeros al año, o dicho de otra forma, las catorce líneas puestas en servicio por la Comunidad autónoma acogen a 1.294 personas cada día con una media de 92,4 viajeros por línea. Ahora bien, el reparto al cierre del pasado ejercicio 2021 presenta notables desigualdades entre los diferentes trayectos atendiendo fundamentalmente a la lógica que arrojan las líneas que se sumergen en la sierra y las que discurren bien por el valle del Ebro o bien en general, por zonas de mayor densidad de población. 

Solo la mitad de estas catorce líneas superan los 16 viajeros al día y trayectos como el que enlaza San Millán de Yécora con Haro mantienen una carga de 3,2 viajeros diarios, o la línea entre Logroño y Robres de Castillo, que asume una carga de 6,3 personas al día. Y en línea con estas cifras se sitúa también el trayecto entre Logroño y Laguna de Cameros, con 6,2 viajeros por día.

 Tampoco superan la barrera de los 16 usuarios diarios Logroño - La Villa de Ocón, Nájera - Haro, Aguilar del Río Alhama - Arnedo, y Cornago - Alfaro.  En el lado opuesto, la línea VLR-107 entre Logroño y Rincón de Soto acoge diariamente a 502 pasajeros entre el trayecto citado y sus múltiples conexiones con Calahorra, Arnedo, Alfaro e incluso Enciso. Es la joya de la corona del transporte interurbano de La Rioja junto a la línea Logroño - Nájera (VRL-109) que, al igual que en la anterior, con sus múltiples conexiones y paradas extendidas hasta la zona de Valgañón asume una carga de 285 viajeros al día.

Evidentemente, todas las líneas disponen, desde el momento de su concesión, de una subvención aportada por la Comunidad autónoma que contribuye, junto al precio del billete, a materializar los objetivos de explotación de las empresas concesionarias. Sin embargo, al igual que con el número de viajeros, las desigualdades son de nuevo considerables. Así, la línea entre San Millán de Yécora y Haro (3,2 viajeros al día), supone un coste unitario (por persona) de 47,42 euros, precio que evidentemente no abona el usuario sino que se costea mediante una subvención pública sumada a la cantidad obtenida por el precio que paga cada viajero.

El coste de explotación de las catorce líneas del interurbano asciende, según los datos facilitados por el área de Infraestructuras del Ejecutivo regional, a 3,04 millones de euros, de los que 1,87 millones aporta la Comunidad, mientras que las concesionarias obtienen el resto del ticket de viaje. 

En este sentido, Vicente Urquía, director general de Transportes del Gobierno riojano, prefiere hablar de «inversión que de déficit» y lo argumenta «como un servicio que se presta a los ciudadanos» y que sin subvención presentaría un precio inasumible tratándose de un transporte de carácter público.

Todo ello valorando además que del total de usuarios de la modalidad de transporte interurbano, 47.838 son estudiantes y 45.905 mayores de 65 años. 

líneas rurales. Y un dato que avala también, según la dirección general de Transportes, el concepto de inversión, y no de déficit, en el que insiste Vicente Urquía. Si se analiza el tipo de usuario de las líneas rurales que conectan 60 municipios y donde existe una menor densidad de población, las cifras entre estudiantes y mayores de 65 años se invierten. Es decir, las líneas rurales acogen a 1.219 usuarios mayores de 65, mientras que solo transportan a 325 estudiantes. En general, el transporte rural cuenta con 8.970 viajeros al año, un gasto de explotación de 349.258 euros, de los que la Comunidad aporta 328.248 euros. El coste del precio unitario asciende así a 36,59 euros. Es en esta modalidad donde funciona ya el servicio a demanda.