Las calles a 30 km/h evitan una de cada cinco muertes en ciudad

T. Díaz y S. Ortega (EFE)
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El año pasado cerró con 417 fallecidos en las vías urbanas, 102 menos que en 2019, mientras las víctimas aumentan en las carreteras con hasta 896 vidas perdidas en lo que va de ejercicio

Las calles a 30 km/h evitan una de cada cinco muertes en ciudad - Foto: Chema Moya

El límite máximo de velocidad a 30 km/h en las vías urbanas de un único carril por sentido, una medida que afecta a siete de cada 10 calles de España y que lleva en vigor un año y medio, ha evitado una de cada cinco muertes en siniestro de tráfico en 2021, una tendencia que se está consolidando en lo que llevamos de año.

El pasado año cerró con 417 fallecidos en las vías urbanas, lo que supone 102 menos, es decir, un descenso del 20 por ciento en relación con 2019 (año de referencia), un dato «inaudito», según señaló ayer el director general de Tráfico, Pere Navarro, toda vez que, en general, la siniestralidad vial se mueve en unos porcentajes de más/menos un 5 por ciento.

¿Esto significa que se han respetado los límites en las ciudades? «Los datos hablan por sí solos. Esta era una medida de largo alcance. No se puede poner un policía detrás de cada esquina, sino que se trata de convencer. Las velocidades han bajado y las víctimas también. Y, además, no ha habido rechazo social», responde Navarro.

La medida ha evitado también uno de cada cuatro atropellos mortales en las ciudades. Y casi un tercio de las muertes de mayores de 65 años, un colectivo «especialmente sensible» en la movilidad de las urbes. Además, los motoristas fallecidos en accidente han disminuido un 17 por ciento.

Unas cifras que, según el responsable de la DGT, acercan la seguridad vial a los objetivos marcados para el decenio de reducir en un 50 por ciento las muertes en accidente de tráfico.

Esta tendencia, resaltaba Navarro, se está manteniendo en lo que llevamos de año en las ciudades, independientemente de su tamaño, y está no solo calmando el tráfico, sino también disminuyendo el ruido, la congestión y las emisiones de CO2. Todo ello, gracias a la gestión que están haciendo los ayuntamientos de esta medida. Y añadía: el paso siguiente sería una «significativa» reducción de las señales de tráfico y, en una segunda fase, la retirada de algunos de los semáforos.

Frente a la reducción de la siniestralidad en las ciudades, los accidentes y víctimas han aumentado en las carreteras. Hasta el pasado día 13 se habían registrado 896 fallecidos, un 4 por ciento más que en el mismo período del año anterior.

Navarro, al igual que los responsables de tráfico europeos con los que se reunió recientemente, lo achaca a las prohibiciones de la pandemia y a la posterior guerra de Ucrania, que han llevado a los conductores a «una cierta relajación» de las normas y a pensar que «hoy es hoy y mañana, ya veremos».

Lo demuestra el hecho de que la movilidad haya aumentado un 2 por ciento respecto a la prepandemia a pesar del aumento del precio de los combustibles.

A Tráfico también le preocupa el número de atropellos en autopistas y autovías; la mayor parte de las víctimas son personas que por algún motivo se han bajado del coche y que la DGT está tratando de concienciar de ese riesgo a través de campañas que va a intensificar.

En cuanto al auge de los patinetes, un nuevo actor en la movilidad urbana, el director de Tráfico consideraba que «se está dando más importancia de la que tiene». Tras una primera regulación, el siguiente paso que se está estudiando con los ayuntamientos es la obligatoriedad del seguro, un tema sobre el que existe consenso.