Florencia, Roma y Venecia fueron los epicentros del Renacimiento, pero su vibración se dejó sentir en otros lugares como Nápoles, en este caso de manera muy singular y con gran peso de artistas españoles. Precisamente, la exposición Otro Renacimiento. Artistas españoles en Nápoles a comienzos del Cinquecento, que puede contemplarse en el Museo del Prado hasta finales del próximo enero, pone el foco en este capítulo de la historia del arte, un episodio que recupera la experiencia Erasmus de los creadores patrios que se encontraban en Nápoles durante una época de intercambio cultural entre España y este reino.
La pinacoteca ha ideado una diseño expositivo que evoca las construcciones napolitanas de la época, vestido con una selecta selección de 75 obras muy variada: dos terceras partes (44) son pinturas, pero también hay un gran peso de la escultura (25), un retablo y varios libros (5).
Uno de ellos, es una preciosa edición del misal de Fernando El Católico, una pieza que se encuentra en la Biblioteca Vaticana y que nunca sale de Italia.
Aquellos artistas erasmus del siglo XVI - Foto: Rodrigo JiménezEl Renacimiento se desarrolló en Nápoles a comienzos del siglo XVI de una manera «muy peculiar, más plural y menos codificado» que en Roma o en Florencia, señala Miguel Falomir, director del Prado. «Es muy singular, hay muchas tendencias distintas».
La ciudad, solo por detrás de París en número de habitantes en aquella época, se acaba de convertir en territorio español, ocupaba un lugar privilegiado en el Mediterráneo y hasta allí se trasladan artistas de todas partes del mundo y discípulos de los grandes maestros del Renacimiento como Miguel Ángel y Leonardo.
Una extraordinaria calidad
La exposición evita poner el foco sobre grandes nombres del Renacimiento italiano como Miguel Ángel o Leonardo, pero descubre otros menos conocidos para el gran público y de extraordinaria calidad como Giovanni Da Nola, apodado El Miguel Ángel de Nápoles, por sus magníficas esculturas, Andrea di Piero Ferrucci o Pedro Fernández.
Aquellos artistas erasmus del siglo XVI - Foto: Rodrigo JiménezLas obras reunidas ponen en contexto este peculiar capítulo de la historia del arte. Todos se habían formado en los grandes centros del Renacimiento y se encargaron de llevar a la ciudad las novedades del nuevo movimiento. Pero más tarde, la dirección cambia y son los artistas procedentes de España los que viajan a Nápoles para aprender.
«Podríamos decir que los artistas españoles iban a Nápoles a hacer su Erasmus», apuntó Andrea Zezza, profesor de la Universirà degli Studi della Campania y comisario de la muestra.
Aquellos peculiares erasmus fueron genios de la talla de Pedro Machuca, Bartolomé Ordóñez, Diego de Siloé o Alonso Berruguete. Todos fueron a Italia a aprender las nuevas técnicas con el objetivo de volver a España a ponerlas en práctica.
Estos artistas ibéricos fueron conocidos como Las águilas, a su vuelta, sentaron las bases del Renacimiento español.
Varias esculturas de Berruguete demuestran có?mo su gran expresividad viene impulsada por su pasión por Miguel Ángel. Mientras, que las pinturas de Machuca evidencian como supo trasladar como ninguno otro, las enseñanzas de su maestro Rafael.