Una carrera por Inés

Ana Torrecillas
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El CEIP General Espartero organizó un maratón en el patio del colegio para recaudar fondos para la Fundación Síndrome de Dravet, enfermedad que padece una de sus alumnas

Alumnos y alumnas del CEIP General Espartero participan en la carrera solidaria - Foto: Óscar Solorzano

Solidaridad, imaginación y aprendizaje. Tres retos que se marcaron los alumnos del CEIP General Espartero de Logroño para conmemorar del Día Escolar de la No Violencia y la Paz que se celebró ayer. Para ello, la dirección del centro con Richard Ruiz, profesor de Educación Física, a la cabeza, organizó una carrera solidaria a favor del Síndrome de Dravet y su fundación. No se ha elegido esta enfermedad rara al azar. «Una de nuestras alumnas de primero de Primaria, Inés, padece esta enfermedad y hemos querido dar visibilidad a todas las personas que están aquejadas de este mal», señala Ruiz.

El síndrome Dravet es una enfermedad genética que comienza durante el primer año de vida en niños que hasta entonces tenían un desarrollo normal. No existe tratamiento efectivo para atender a los enfermos que padecen retrasos cognitivos, problemas motores y de comportamiento, además de alteraciones clínicas. La tasa de mortalidad del síndrome Dravet es del 20% y se estima que 1 de cada 30.000 personas sufre esta enfermedad rara. 
aprendizaje participativo. Así que el equipo directivo del General Espartero se puso manos a la  obra. Todos los chavales del centro participaron en tres carreras solidarias, en función de su edad y curso. Un recorrido que convirtió el patio del colegio en un auténtico recorrido para un maratón. «Con esta actividad, matábamos dos pájaros de un tiro: incidir en el proyecto educativo que desarrollo el centro y que consiste en el aprendizaje participativo;y, a su vez, recaudar fondos para la investigación del síndrome Dravet», afirma Ruiz. 

Para ello, el centro envió una cartas a las familias de los alumnos para que incluyeran un donativo que se ha recogido en una urna situada en la sala de dirección del centro. Todo el dinero se destinará a la fundación. Para los alumnos ha sido un incentivo más para celebrar el Día de la No Violencia y la Paz. «Estaban muy ilusionados,  algunos nos confesaron que no habían podido dormir la noche anterior por  los nervios de la carrera», como una auténticos corredores de maratones. 

«Nos hubiera gustado que estuviera presente Inés. Pero ha estado enferma y todavía no le habían dado el alta del hospital», reconoce el profesor de Educación Física. Aun así, seguro que a Inés le llegó todo el afecto y solidaridad de sus compañeros de colegio que participaron en esta carrera solidaria. Porque visibilizar la diferencia y la diversidad en las aulas es una forma de reivindicar la paz y la no violencia entre los más pequeños.