Los bares perderán un 15% de su factura anual sin San Mateo

Feli Agustín
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«La ruina es total», afirman desde el sector hotelero, uno de los más afectados, al igual que establecimientos como vinotecas o profesionales que viven en el entorno de fiestas

Unas chicas consumen café y refrescos en un establecimiento hostelero del Espolón. - Foto: Clara Larrea

Sin una cuantificación exacta de las pérdidas que para la economía local puede suponer la no celebración de las fiestas de San Mateo, es indudable que su cancelación va a propinar un importante palo a numerosos sectores. La suspensión de la feria taurina, la limitación a dos tardes del torneo de pelota, la imposibilidad de instalar las atracciones y, sobre todo, la restricción a seis el número de personas que se pueden congregar en espacios públicos y privados, además del recorte de los aforos, pueden provocar dramáticas consecuencias en algunos sectores, fundamentalmente a los vinculados más directamente a la fiesta. Tal es el caso de la hostelería, uno de los sectores sin duda más castigados por la pandemia que, según el presidente de la asociación que los reúne, Francisco Martínez Bergés, va a sufrir importantes pérdidas;en concreto, estima que la facturación que supone para los bares del centro de Logroño  oscila entre un 15 y un 20%. «Para Laurel, San Juan, Bretón...es un caos», afirma el propietario del Ópera, que argumenta que, «sumando septiembre,que queda muerto, a los meses que llevamos, el que ha podido abrir facturará el 30% de años pasados».

Para los hoteles la situación no se antoja más optimista. Así lo asegura Demetrio Domínguez, presidente de la Asociación Riojana de Hoteles, quien señala que sin «actividad, las pérdidas son del 100%». «Si no hay toros, nadie viene a los toros; si no hay San Mateo, nadie viene a San Mateo», argumenta el hotelero. «El impacto es del 100%», asegura Domínguez, que recuerda que septiembre es uno  de los  meses más destacados del año para la hotelería local, con lo cual «la ruina es total».

El comercio, el tercer lado del triángulo que forman las actividades más castigadas por la pandemia, no se ve particularmente afectado por la no celebración de fiestas porque, tradicionalmente, muchos establecimientos han cerrado sus puertas. No obstante, indica Fernando Cortezón, presidente de FERComercio, hay una serie de locales que van a sufrir con las no fiestas, aquellos que reciben, mayoritariamente, turistas o abren en festivos y domingos, como vinotecas, tiendas de recuerdos o de alimentos gourmet, «que realizan una venta importante en San Mateo». Cortezón desconoce si los comercios subirán las persianas las jornadas mateas -cierran por las tardes, siguiendo la tradición de que el horario vespertino se reservaba para acudir a los toros-, porque no se ha adoptado un criterio común. Cortezón, que cifra la caída de ventas en un 60%, los precios en un 40% o la inversión en un 18% y augura la pérdida de empleos, insiste en apelar a los ciudadanos a comprar en el comercio local, «que es el que paga impuestos, que sirven para mantener los servicios públicos».

Diego Vicente, presidente de la Federación de Peñas, destaca la dificultad de un año en el que la ausencia del Espacio Peñas 2.0, el motor de las fiestas en sus últimas ediciones, va a suponer un grave descalabro económico para grupos musicales, productores u organizadores de eventos.  «Quiero mandar mi apoyo a hosteleros, feriantes, ganaderos y todo el mundo taurino, que tanto está sufriendo», lamenta Vicente.

En el mismo sentido se expresa Mar Luna, presidenta de la Federación de Casas Regionales, que señala que no obtienen beneficios de la inversión que realizan en San Mateo. «Normalmente, lo que sacamos es lo que nos cuestan los grupos», constata, al tiempo que concede que son los profesionales en el entorno de la fiesta quienes sufrirán las repercusiones.