Alberto Abad, director general de Innovación Educativa, no elude reconocer los aspectos menos favorables del abandono escolar en La Rioja, aunque resalta que ha sido en el último ejercicio 2,6 puntos inferior a la media nacional  frente a las cuatro décimas del año precedente; aunque, eso sí, en el caso del País Vasco y Navarra es 5,6 puntos superior en el primer caso, y de 5,7, en el segundo.

No obstante, pone el foco en que la distancia era el año pasado de ocho puntos con Euskadi, lo que demuestra que «seguimos bajando y acercándonos» a las comunidades con mejores cifras, una distancia que La Rioja va recortando paulatinamente. Al respecto, Abad apunta que las cifras más altas de abandono alcanzaron en La Rioja una cota del 37%, mientras que en Navarra fue del 21% y en el País Vasco del 16,6. «Vamos mejorando», reitera el director de Innovación, una distancia que también se reduce en relación con la Unión Europea.

Abad argumenta que se trata de un fenómeno «complejo», vinculado a las tasas de desempleo; en este contexto señala que el abandono es mayor entre los hombres que las mujeres, lo que, considera que es consecuencia de las oportunidades del mercado laboral para uno u otro sexo.

Baraja como una de las razones más importantes que justifican las bajas cifras de abandono en las comunidades vecinas en una «potente Formación Profesional», que logra retener o reincorporar a las aulas a los jóvenes que han acabado la formación obligatoria.

Así las cosas, señala que «en cuando el mercado laboral requiera de personal cualificado, la tasa de abandono escolar, necesariamente, tiene que ir descendiendo», una exigencia que puede cubrir de manera más eficaz la FP «que una educación secundaria o un bachillerato de adultos».

«Hay que tomar alguna medida para atajar el abandono escolar», afirma el director de Innovación Educativo, que insiste en que hay que facilitar herramientas de reincorporación al mundo educativo», a los mayores de 18 años.

Al respecto defiende que la vuelta a las aulas debe asentarse sobre la FP porque, a diferencia de otros ámbitos educativos, otorga una formación  que pueda facilitar la incorporación al mercado laboral.  De hecho, considera que el descenso de abandono constatado en los últimos ejercicios obedece al aumento de la plazas en Formación Profesional, que en los dos últimos años supera a los matriculados en Bachillerato , con más de 9.000.