Té, chocolate y café es el título de una canción que han cantado varias generaciones de riojanos. Y es que Gorgorito es todo un icono de las fiestas de San Mateo. La marioneta de Maese Villarejo es de las pocas figuras del espectáculo que tienen la capacidad de reunir juntos a niños, padres y abuelos y que todos disfruten por igual.
Cada año abarrotaba de público sus actuaciones. En estas última ediciones era habitual verle actuar todas las tardes durante las fiestas, recorriendo los diferentes barrios y entreteniendo con su divertidas aventuras junto a su inseparable amiga Rosalinda.
Este 2020 no se volverán a escuchar la risas y los gritos cómplices de sus amigos los niños logroñeses. La Covid le obligó, como al resto de españoles, a confinarse en su baúl y compartir encierro con su archienemiga, la bruja Ciriaca y el resto de personajes con los que vive mil aventuras desde hace más de cincuenta años.
Con la ‘nueva normalidad’, las actuaciones se han sucedido a cuenta gotas, en concreto tan sólo siete. En la Comunidad ha visitado Torrecilla, Santo Domingo de la Calzada y Ezcaray, en espectáculos de pequeño formato y con «estrictas medidas de seguridad» explica Juan Quintero, empresario. «Las actuaciones han ido bien dentro de las limitaciones. Es una sensación agridulce, ver a los niños sentados en sillas, separados dos metros, y con las mascarillas, eso enfría mucho el ambiente», reconoce con cierta tristeza Juan Quintero.
Y es que el virus ha modificado nuestras rutinas, nuestra manera de disfrutar del ocio y hasta las aventuras de Gorgorito, que han incluido referencias a la Covid, especialmente en el saludo. «Sale con mascarilla y explica a los niños algunas medidas sanitarias» y también han incluido la mascarilla en algunas escenas con otros personajes, «pero en general los argumentos son los mismo de siempre», explica Quintero.
Ella y su hermana son los responsables de seguir con el legado de Maese Villarejo, y poco podían imaginar lo que ha traído este 2020. Como empresa han notado mucho la falta de trabajo, «pero tenemos la particularidad de que si no trabajamos no ingresamos, pero tampoco generamos gastos».
Gorgorito también echa de menos a los niños logroñeses pero se muestra optimista «esto se va a pasar, gracias a la labor de todos. Yo estoy esperando con la estaca en la maleta y preparado para ir a Logroño en cuanto se pueda».
Mientras llega ese momento, hijos, padres y abuelos pueden cantar juntos Té, chocolate y café.