Hipoacusia en bebés: signos de alerta

Pilar González (EFE)
-

Entre dos y tres de cada 1.000 recién nacidos tienen problemas auditivos que pueden ser controlados con una buena supervisión

Hipoacusia en bebés: signos de alerta - Foto: Foto de Burst pexels.com

La hipoacusia es la incapacidad total o parcial para oír sonidos en uno o en ambos oídos. Entre dos y tres bebés por cada 1.000 nacidos vivos tienen algún grado de hipoacusia al nacer. Los oídos son una de las principales puertas de entrada al cerebro. La hipoacusia, explica la Asociación Española de Pediatría, también se puede desarrollar en niños que tenían audición normal cuando eran bebés. La pérdida puede ser leve, moderada, grave o profunda. La de carácter profundo es lo que la mayoría de las personas denominan sordera.

De acuerdo con la misma fuente, la mayoría de las hipoacusias o sorderas infantiles graves o profundas están presentes en el momento de nacer. Más de un 60 por ciento de estas sorderas pueden tener un origen genético.

Otras sorderas congénitas son debidas a situaciones que han pasado durante el embarazo o al nacer: recién nacidos con peso menor de 1.500 gramos, infecciones como meningitis o infecciones durante el embarazo (rubeola, toxoplasma, citomegalovirus) o nacidos con algunas malformaciones. Estos niños tienen más riesgo de tener hipoacusia.

Se estima que un niño necesita oír alrededor de 45 millones de palabras antes de los cuatro años y 20.000 horas de escucha durante la infancia como base para la lectura, y es por este motivo por el que la interacción con los padres y los intercambios de comunicación son fundamentales.

Aunque los pediatras suelen identificar los problemas de audición en las revisiones, el doctor Martín-Lagos Martínez, otorrino del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada, indica que hay algunos signos de alerta que pueden identificar los padres, como que el niño no responda a estímulos o determinados sonidos, o que, estando en edad de pronunciar palabras, se limite al balbuceo, o lo que es peor, que empiece a perderlo. ¿Pero cuáles son los signos para reconocer una hipoacusia en los bebés y los niños y niñas?

Menores de 6 meses:

1.- Que no manifieste respuesta ante la presencia de sonidos.

2.- Que no se tranquilice con la voz de su madre.

3.- Que no preste atención o no se interese ante sonidos familiares.

Mayores de 6 meses:

1.- Que el niño no gire la cabeza hacia la fuente sonora.

2.- Que no responda con sonidos vocálicos cuando se le habla.

3.- Que no pueda responder a su nombre.

A partir de los 12 meses:

1.- Que no comprenda las palabras de uso común.

2.- Que no sea capaz de señalar objetos y personas familiares cuando se le nombran.

3.- Que no diga palabras con sílabas replicadas (papá, mamá).

Durante el primer año:

1.- Que no entienda preguntas sencillas.

2.- Que no preste atención a las canciones y cuentos infantiles.

3.- Que no exprese frases de dos palabras.

Ante las consecuencias que se derivan de la sordera en los bebés y la importancia de detectarlo a tiempo, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, elaboró en 2018 un decálogo Decálogo de Cuidados del Oído para Niños.

La pérdida auditiva puede aparecer a cualquier edad del niño, en el nacimiento, o más tarde; puede ser de aparición brusca o progresiva, temporal o permanente.

La hipoacusia puede ocurrir cuando alguna de las partes del oído no funciona de manera normal.

Esto incluye el oído externo (pabellón y conducto auditivo externo), el oído medio (tímpano, cadena de huesecillos, cavidades y otras estructuras que están detrás del tímpano), el oído interno y el nervio auditivo. Así, por ejemplo, los catarros, las otitis catarrales o el buceo afectan al oído medio, y el ruido también puede afectar al interno.

Para la Asociación Española de Pediatría, si un niño es diagnosticado de hipoacusia, el tratamiento debe ser interdisciplinar con la colaboración del pediatra, otorrinolaringólogo, logopeda, psicólogo y audioprotesista. Es fundamental en el momento del diagnóstico la colaboración con la escuela, en función de su edad, así como la ayuda de las asociaciones de sordos.

ARCHIVADO EN: Infecciones