A la actriz catalana Ariadna Gil muchos todavía la recuerdan por el agradecido papel que interpretaba en Belle Epoque, de Fernando Trueba, a pesar de que han pasado casi tres décadas. A ese personaje simpático siguieron otros más dramáticos en Soldados de Salamina, Alastriste o Zona Hostil. Pero, sin duda, la terapeuta que interpreta en Solo una vez, sobre violencia doméstica, ha resultado uno de los más difíciles de su carrera porque el peso de la película se apoya exclusivamente en su trabajo y en el sus dos compañeros.
¿Qué fue lo que más le agradó cuando leyó el argumento?
Por un lado dije, ¿cómo se hace esto? Porque toda la película reposa en el trabajo de tres personajes. Describe unas sesiones de terapia, porque el argumento proviene de la obra de teatro, y mi preocupación era cómo mantener esa tensión que en la lectura del guion percibes, porque en esas sesiones vas viendo como los tres personajes se van escondiendo y cuando se tira de los hilos salen cosas sobre qué ha pasado en esa pareja.
Su papel tiene que indagar en la verdad, incluso cuando la implicada no le da facilidades. ¿Cree que eso ocurre en la realidad, aunque se suele pensar que la violencia doméstica se da más en hogares de menor renta y menos preparación intelectual?
Esa idea es mentira porque, en este caso, se plantea en una pareja de profesionales de clase alta; él es un escritor de éxito, ella una editora. Hablando con terapeutas me comentaron nada tiene que ver con el nivel cultural o económico que seas un maltratador o no. También me aclararon que antes de llegar a una violencia bestial viene en el tiempo anterior un maltrato de otro tipo. Pero muchas mujeres justifican la actitud del otro, al que quieren, como mecanismo de defensa para negar que les ha pasado.
Normalmente cuando se habla de violencia domestica se retrata la violencia física del hombre contra la mujer. ¿Rodaría una película donde se reflejara el maltrato psíquico que, a veces, ejercen las mujeres contra los hombres y es difícil de demostrar?
Depende de la historia, a priori no hay ningún personaje que rechazaría siempre que esté dentro de un contexto, y de una intención.
Su personaje es una mujer fuerte, como lo era el de la Capitán Valera en Zona hostil. ¿Le agradan este tipo de papeles o le buscan a usted?
Bueno, el personaje de Laura, en esta película, no se si realmente es fuerte porque logran desestabilizarla, porque no aguanta demasiado la presión a la que se ve sometida. La verdad que he interpretado todo tipo de papeles, por ejemplo, ahora estoy haciendo una obra de teatro en Barcelona donde encarno a una mujer que está muy dañada.
Volviendo a Solo una vez, la película, al reposar en tres personajes, supongo que se tradujo en una actuación realmente difícil.
Sí, es una película complicada para un actor, porque en el cine no estamos acostumbrados a esas largas tiradas de texto tan inmóviles porque, prácticamente, todo se desarrolla en sesiones de terapeuta. La cámara está muy cerca y tienes que lograr que los actores, que es el único recurso que tiene el director, mantengan la tensión hasta el final.