Figuras artesanales a gran escala de personajes como las de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; el Gobierno de España, Pedro Sánchez; y la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han ardido este Domingo de Resurrección en la localidad riojana de Alfaro en la "Quema de los Judas".

Se trata de una arraigada tradición que, tras un parón de dos años por la pandemia, los habitantes de Alfaro han revivido con "expectación y entusiasmo" después de meses de trabajo en la elaboración artesanal de estos muñecos, a los que se les ha prendido fuego entre la algarada de pequeños y mayores.

Así lo ha detallado a Efe Carmen Ovejas, concejala de Asuntos Sociales y miembro de uno de los grupos encargados de crear estas esculturas perecederas, cuya quema fue declarada, en 2005, Fiesta de Interés Turístico Regional y que el Ayuntamiento aspira a que pueda ser, en un futuro, de Interés Nacional.

El buen tiempo ha animado a los habitantes de Alfaro a salir a la calle a revivir esta quema, que ha suscitado una gran expectación entre el numeroso público.

Tras un parón de dos años, es la primera vez que ayer, sábado, un centenar de figuras alusivas a personajes de la política y la farándula se pudieron ver colgadas de balcones y cables en las calles de Alfaro en su posición previa a su quema, entre ellas las de "Putin, Sánchez y Ayuso" por "tener algo por lo que penar", ha indicado.

"La pandemia -ha detallado- nos pilló con los Judas hechos; ese año habíamos elegido la temática de obras de arte de museos y escogido a personajes de aquel momento, pero, al reanudar la labor, vimos que ya no tenían sentido y hemos tenido que decapitarlos y ponerles cabezas adecuadas a lo que queríamos reflejar este año".

Para escoger a los Judas de cada año, "siempre se mira en el aspecto de la política y la farándula" y, "a parte del personaje, luego está el diorama del cuadro, que es interesante de ver y apreciar", ha relatado Ovejas.

Entre estos cuadros figuran el famoso "La libertad guiando al pueblo", pintado por Eugène Delacroix en 1830, pero reimaginado con la presidenta de la Comunidad de Madrid al frente, quien porta una bandera con jarras de cerveza pintadas en ella y seguida de otra figura, que encarna al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

Esta tradición, según Ovejas, se retoma "con muchísima ilusión y queriendo impulsarla un poco más", ya que, tras su declaración de Interés Turístico Regional, el Ayuntamiento aspira a la categoría de interés turístico nacional.

"Empezamos a elaborar los Judas a partir de septiembre del año anterior y, hasta abril que no se queman; son muchas noches en las que nos juntamos en torno a 14 personas todos los días del año, menos los fines de semana, y de ahí van surgiendo ideas y vamos elaborando las figuras", ha destacado.

A la hora de construir los Judas, ha precisado, "influyen muchísimo los materiales porque tienen que prender rápido y no ser tóxicos, por lo que se hacen con una famosa alambrada de conejera para fabricar el cuerpo y los brazos, que se rellenan con papeles de periódicos para darles la forma que se quiere, y se pintan".

"La gente compara la quema de los Judas con unas pequeñas Fallas de Valencia", ha recalcado Ovejas, quien ha discrepado de ello, ya que "las Fallas ya no son artesanales, sino elaboradas con máquinas, mientras que los Judas son una labor totalmente artesanal y manual, y no están plantados en el suelo, sino colgados de alambres".

El significado de que estas figuras estén colgadas se debe a que "el propio Judas de la Biblia se ahorcó en Domingo de Resurrección y viene a rememorar esa historia" en una actividad de cuyos inicios, ha dicho, no hay constancia, pero que empezó a tener "un verdadero auge desde los años 70".

"El pueblo está muy contento con todo esto, todo el mundo nos apoya y nos dice que sigamos adelante, incluso, tenemos a personas que se ofrecen para colaborar con nosotros, el pueblo se vuelca mucho", ha concluido.