La pandemia reduce un 80% los alumnos extranjeros en la UR

Víctor Zurrunero
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Solo dos estudiantes cursan una beca de movilidad en el campus riojano durante el primer semestre del curso.

Imagen de una clase en la Universidad de La Rioja - Foto: UR

El programa Erasmus es el más conocido de todas las becas de movilidad a la que pueden acceder los alumnos universitarios. Cumple más de tres décadas fomentando el intercambio de estudiantes y profesores entre campus de toda la Unión Europea y, más recientemente, otros destinos de terceros países adheridos a este programa. 

Es el más famoso pero no el único programa de movilidad en el que participa la Universidad de La Rioja, ya que mantiene convenios bilaterales con centros de varios países del mundo y participa en el proyecto de becas Santander Iberoamérica, promovidas por la entidad bancaria. 

Un amplio abanico de opciones que este año se han visto reducidas por la pandemia de coronavirus y la alerta sanitaria a nivel mundial. Esto ha provocado que muchas universidades cancelaran sus programas de intercambio, algo que no ha hecho el campus riojano, que  mantiene su apuesta por la movilidad de los estudiantes. 

A pesar de la buena disposición, la realidad de la Covid-19 ha recortado de manera importante la llegada de estudiantes extranjeros al centro riojano. El curso pasado estudiaron en la Universidad de La Rioja un total de 117 alumnos extranjeros, 44 de ellos el primer semestre, 59 el segundo y 14 durante el curso completo.  Si se compara con la cifra prevista para este curso, el descenso es de un 82%. «Ahora tenemos solamente dos alumnos extranjeros, aunque esperamos que para el segundo semestre se animen un poco más y podamos recibir una veintena de estudiantes», detalla María Pilar AgustínLlach, vicerrectora de Responsabilidad Social de la UR.

La reducción de alumnos internacionales, se ha visto agudizada también por la suspensión de las clases presenciales de los cursos de español para extranjeros, «al pasarlos, temporalmente, a la modalidad on line, por el efecto de la pandemia, tenemos otros ochenta alumnos menos que teníamos otros años en la universidad», apunta Agustín Llach. 

Una de los dos únicos alumnos que se ha decidido estudiar este primer semestre en La Rioja es Delia Dodenciu, quién a pesar de un primer momento de duda, decidió mantener sus planes de viajar desde Rumania a La Rioja porque «la situación es parecida en todo el mundo, y aquí la gente respeta las reglas». 

Este curso, México con siete e Italia con cinco son los países de origen que más alumnos aportan al programa de movilidad. 

Riojanos en el extranjero.

A diferencia de los alumnos internacionales, los riojanos han seguido manteniendo sus planes de estudiar en un país distinto. 

De hecho, el año pasado participaron en becas de movilidad un total de 110 estudiantes, un cifra que se ha reducido en un 20% este curso. «El nivel de solicitudes ha sido el mismo. Alguna se ha retirado por el temor al virus,  pero la causa principal ha sido que muchas universidades han cancelado sus programas», explica Agustín Llach, quien destaca la labor de su equipo por buscar destinos alternativos para que la mayoría pudiera vivir la experiencia. 

La ganas de viajar, conocer otras culturas o aprender un nuevo idioma han sido mayor que el miedo a la situación de la pandemia.  Es el caso de Raúl Bastida y Paula Herrero, quienes, a pesar del «respeto al coronavirus» no han querido perder «la oportunidad de vivir esta experiencia». 

Ambos coinciden en que sus padres fueron los que tuvieron «más dudas y temores», pero al final, la ilusión fue más fuerte. Paula en Alemania y Raúl en Turquía vivirán un Erasmus en tiempos de pandemia