El segundo milagro de los peces de Logroño

Feli Agustín
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Los técnicos evaluarán el estado de las exclusivas baldosas extraídas de República Argentina, que Rioxa Nostra y PR quieren reutilizar

Un trabajador de la obra de República Argentina muestra una de las baldosas con diseño de pez. - Foto: Ingrid

Dos años después de su fundación, la empresa Escofet, dedicada a la producción de pavimentos, recibía en 1888 la Medalla de Oro en la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Pocos años más tarde, en 1904, fabrica los mosaicos hidráulicos seña del modernismo catalán, y siete décadas después elabora, por encargo del Ayuntamiento, unas baldosas diseñadas con otro elemento simbólico, en este caso de Logroño, los peces que, junto al pan y el vino, rememoran la resistencia de los logroñeses al asedio galo de 1521.

Medio siglo después, Escofet realiza a lo largo de todo el mundo  diseños e industrialización de elementos urbanos y hormigón arquitectónico que transforman las ciudades y potencian el espacio público; paralelamente el Consistorio de Logroño también insiste en que su intención es ganar espacio para el peatón. 

Sobre esa premisa y no sin polémica, el Ayuntamiento de la capital inició el lunes una actuación urbanística en una de las calles más céntricas de la ciudad, República Argentina, precisamente en el tramo entre Gran Vía y Pérez Galdós donde se conservan los últimos peces de Escofet, algunos de cuyos ejemplares ya se han extraído de la acera oeste porque el proyecto de reforma, que se prolongará durante seis meses, no contempla su mantenimiento en dicha vía.

 No obstante, ayer ya se podía contemplar «una cantidad indeterminada de baldosas apiladas en un palé», confirmaba David Antón, presidente de Rioxa Nostra, que relataba que se habían extraído «cuidadosamente» y se las había limpiado el cemento.

Fue el concejal regionalista, Rubén Antoñanzas, quien, atendiendo a peticiones populares, presentó un ruego en el último pleno municipal para lograr la protección de este pavimento «como elemento identitario de la ciudad».

El Ayuntamiento explicó que se evaluará su estado para, según sus condiciones, estudiar su posible conservación en  el parque municipal de servicios. «No está claro que se proteja, se cuide y se salve», señalaba Antoñanzas que tiene la voluntad de poder colocar alguna de las baldosas en el espacio deportivo que, como concejal del área, quiere construir en las instalaciones de la actual estación de autobuses.  Igualmente, Rioxa Nostra insiste en preservar este elemento «que no podemos perder» por su valor patrimonial y que quieren ubicar «a la vista de todos».

Recuperar el diseño. Pero, además, Antoñanzas, aspira a «recuperar su diseño» porque «son muy propias de Logroño, seña de identidad y elemento diferencial», al igual que pretende que se preserve otra baldosa también «muy logroñesas», la que tiene el diseño de dos hojas de parra e igual número de racimos de uva, que se realizó para Logroño en conmemoración de las fiestas de San Bernabé. «El objetivo es recuperar el diseño e irlo incorporando al menos en algunos de los tramos de la nuevas calles porque son señas de identidad de Logroño», argumenta el concejal el equipo de Gobierno.

Con su opinión coinciden algunos comerciantes de República Argentina, mientras  que otros muestran su total indiferencia al respecto, en medio de un patente descontento con la actitud del Ejecutivo municipal, el proyecto de obra y la época elegida para materializarla.