La Rioja cierra la residencia Iregua de atención a menores

Feli Agustín
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Los 32 niños hasta 14 años viven ahora en cuatro pisos, un modelo «más cercano a una familia» y con el que se pretende evitar la estigmatización. El coste ha crecido un 40%

Residencia Iregua, sin uso desde el pasado 1 de septiembre. - Foto: El Día

Cerca de 40 años después de que la residencia Iregua abriera sus puertas, el pasado 1 de septiembre quedó clausurada de manera definitiva, poniendo punto y final a un modelo de gestionar la atención a los menores tutelados que ha sido una constante durante décadas.

Los responsables de Servicios Sociales, el consejero Pablo Rubio, y el director general. Pablo González, explicaron ayer las razones que han llevado al Gobierno de La Rioja a ser el cuarto del país que renuncia a centro de atención para menores tutelados con más de 30 plazas. «El objetivo es dotar a los niños y adolescentes de un ambiente amable y protector en lo físico y emocional lo más parecido posible a una familia», argumentó el consejero, que informó de que para alcanzar este fin se han acondicionado cuatro pisos  en Logroño para acoger a la treintena de niños entre 6 y 14 años que vivían en la residencia Iregua, que tenía capacidad para 32 residentes. Son vivienda, con un número máximo de ocupantes de ocho, aunque «en la práctica» la media es de seis, donde residen chavales de distintas edades, al igual que lo que sucede en una familia. «Se garantiza así una atención y cuidados más individualizados y centrados en los menores», argumentó el consejero, que recordó que se trata  de uno de los anuncios de la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, en el último debate sobre el estado de la región celebrado el pasado mes de junio.

El cierre de la residencia Iregua es el aspecto simbólico más significativo de un nuevo modelo de atención, en el que primará que los niños, en los casos en los que sea posible, permanezcan con sus familia, en familias de acogida y, como último recurso, en acogimiento residencial.

Muy cuidadoso.  «Se persigue también acabar con la estigmatización que supone vivir en un residencia», reflexionó el director de Servicios Sociales, que relató que se ha sido «muy cuidadoso» en el cambio a las nuevas viviendas, de tal manera que los niños han visitado los pisos antes de su traslado y han colaborado en su decoración.

González reconoció que este cambio de modelo ha supuesto un «mayor esfuerzo» presupuestario, al pasar de 1,90 millones de euros a 2,53, un 32 % más, con lo que se ha ampliado el equipo multidisciplinar que atiende a los menores, especialmente en atención psicológica y asistencia social, además del equipo de intervención directa, reduciendo la ratio de menores a cargo de cada profesional a la mitad. En conjunto, la cuantía para la totalidad de recursos ha crecido un 40%, pasando de los 3,2 millones a los cerca de 4,5 millones.Se ha reforzado el equipo de trabajadores que atienden y cuidan a los menores con 22 profesionales más.

El cambio de modelo de atención que está implementando el Gobierno regional se extenderá a  todos los menores tutelados. En la actualidad, los recursos con los que cuenta el Ejecutivo regional tienen capacidad para 108 menores en acogimiento residencial, con 95 plazas ocupadas. Así, los cuatro nuevos pisos se suman a los ya siete existentes, a los que hay que añadir los dispositivos habilitados para ayudar a la transición a la vida adulta a los jóvenes cuando alcanzan la mayoría de edad. 

El destino del edificio «se está actualmente analizando», según confirmó la Consejería de Hacienda, aunque el inmueble, según el propio responsable de Servicios Sociales, no se encuentra en la mejor situación.

En 2007, la entonces consejera de Servicios Sociales, Sagrario Loza, ya anunció el cierre de la residencia para construir  viviendas unifamiliares para que los jóvenes pudieran vivir en un ambiente familiar, un deseo que nunca se llegó a cumplir.