Servicio a domicilio para salvar la restricción de horarios

Víctor Zurrunero
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La nuevas medidas obligan al cierre de restaurantes a las 21:00 horas salvo para envíos a casa

Marian Peso (izquierda) y Teresa Cenzano a las puertas de su restaurante La Taberna de Baco. - Foto: El Día

El sector de la hostelería es un de los que más está sufriendo la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus. 

Las diferentes restricciones, según manifiestan los hosteleros, complican aún más una dura travesía por la incertidumbre y la amenaza de cierre por la que navegan desde el decreto del estado de alarma en el pasado mes de marzo. 

Las últimas medidas tomadas por el Gobierno de La Rioja para controlar la expansión del virus y contener los contagios, reducen los aforos de los establecimientos hosteleros y obligan al cierre de los locales a las nueve de la noche. 

Un cierre que excluye el servicio de comida a domicilio, una opción que permite a muchos restaurantes seguir manteniendo cierto nivel de actividad a pesar del recorte. 

Durante el confinamiento de la primera oleada, muchos establecimientos de hostelería tuvieron que tirar de imaginación y creatividad para poder volver a abrir las puertas, cuando apenas acudían clientes o solo se permitía los pedidos para llevar. 

Y es que, la pandemia ha cambiado muchos hábitos y también nuestra relación con la gastronomía. Al igual que el virus adelantó la expansión del comercio on line, también abrió el concepto de ‘para llevar’ a muchos restaurantes y un mayor perfil de clientes. Así lo vivieron en La Taberna de Baco, donde ya ofrecían el servicio a domicilio. «Tras el confinamiento hemos notado un aumento de los pedidos, pero creo que la gente cada vez se ha acostumbrado más a realizar pedidos por internet», comenta Teresa Cenzano que reconoce que han tenido que ajustar los precios para poder ser competitivos, «pero las raciones son generosas», destaca. Especialmente ha visto como «muchos clientes que acudían los fines de semana a cenar se han pasado al servicio a domicilio». Una opción con la que cubrirán la jornada a partir de la hora de cierre. 

En el caso del cocinero José Vioque, su restaurante de la zona de la Laurel, La Abuela Encarna, está a punto de poner en marcha los envíos a casa. Desde hace tiempo, tienen clientes que «viene a recoger paellas al local». Durante el confinamiento se decidió a comprar dos motocarros que les permitirá gestionar los pedidos y ofrecer una amplia variedad. Con los encargos para recoger y el futuro servicio a domicilio esperan compensar, en cierta medida, las horas de apertura que pierden con las restricciones de estas dos semanas. 

El confinamiento también fue el momento en el que el chef Juan Carlos Ferrando empezó a gestar la idea de implantar el servicio a domicilio. «Vimos como estaba funcionando este concepto en ciudades como Madrid, Barcelona o Paris y decidimos apostar por ello aquí», recuerda Ferrando.

Una realidad que se materializó en las primeras fase de la desescalada y que sigue manteniendo actualmente. «Con esta opción hemos conseguido llegar a más público, especialmente a un perfil más joven», detalla Ferrando, quien reforzará el servicio de envío a domicilio durante los próximos días.