«El abandono universitario puede ser un problema relevante tanto a nivel institucional como social. Desde el punto de vista institucional, con el abandono universitario se produce un evidente coste de recursos públicos que no aumentan el capital humano del país, así como problemas organizativos y de reputación para las universidades

que lo sufren. En el plano social, los estudiantes que abandonan, junto con sus familias, sienten frustración por no lograr sus objetivos, así como una pérdida de tiempo y recursos privados sin retorno económico evidente». 

Partiendo de esta constatación, el Ministerio de Universidades ha presentado el 'Estudio sobre abandono de los estudios de Grado en el sistema universitario español', que informa de que en las universidades presenciales de nuestro país alcanza una media del 13,5%, porcentaje que en La Rioja es algo superior, del 16,7%. 

El estudio, que se ha restringido a los universitarios españoles menores de 30 años, define como abandono «el porcentaje de alumnos de nuevo ingreso en un curso que se han matriculado por primera vez y no han vuelto a hacerlo durante dos cursos seguidos ni han titulado en un máximo de cuatro cursos a partir del primero», y se ha realizado  tomando como muestra los que comenzaron sus estudios en el curso 2015-16.

La  vicerrectora de Coordinación Académica y Calidad de la UR, Montserrat Mendoza, reconoce que estamos un poco por encima de la media y señala que, con un año de gestión del actual equipo directivo, no se ha realizado ningún estudio específico. No obstante, los datos de abandono por áreas de conocimiento coinciden con los de la media nacional.  Así, los grados de Artes y Humanidades son los que más se dejan, en el 28,1%;por delante de ingenierías y arquitectura, que presentan el 21,5%;y Ciencias, con el 16,7%. Le siguen, con el 14,9% las carreras de Ciencias Sociales y Jurídicas y son los estudiantes de Ciencias de la Salud, en este caso enfermería, los más fieles al Grado elegido, pues solo lo dejan el 7,6%. La vicerrectora apunta que es «complejo» singularizar las causas que provocan que los universitarios renuncien a sus estudios, aunque en el caso de Artes y Humanidades considera que puede obedecer a la falta de expectativas laborales.

Así las cosas, la Universidad de La Rioja ya  ha diseñado un paquete de medidas para intentar reducir una circunstancia que, con carácter general, afecta más a los chicos que a las chicas. Entre estas herramientas, van a poner en marcha de cara al curso que viene un novedoso programa, denominado 'Orientar para decidir' -solo desarrolla una iniciativa similar, hasta donde la vicerrectora tiene constancia, la  Universidad Carlos III de Madrid-, un instrumento que pretende facilitar a los estudiantes preuniversitarios la selección de carrera a través de análisis competencial.

 «Se va a acercar a los estudiantes las titulaciones más idóneas en función de sus capacidades, intereses y vocación», avanza Mendoza, que relata que su desarrollo está ya muy avanzado.

¿Cómo va a funcionar? Este programa se asienta en la realización de encuestas en estudiantes preuniversitarios, como bachilleres o alumnos de los últimos cursos de Educación Secundaria (ESO)o grados de FP,para que el alumno, según sus capacidades, pueda «elegir mejor entre las opciones de las que dispone».

El equipo rectoral, con los directores de estudios de las titulaciones, ya ha diseñado las preguntas,  base de este plan, que se va a implementar en colaboración  con la Consejería de Educación, porque requiere su distribución entre los diferentes centros educativos de La Rioja que imparten clase a alumnos objetivo del programa.

Mentorización. Según la publicación, elaborada por la socióloga y profesora de la Facultad de Educación en la Universidad Complutense de Madrid, María Fernández Mellizo-Soto, más del 6% de los estudiantes que ingresan abandonan tras el primer año de matrícula, el 3% tras el segundo curso y menos del 2% en el tercero, lo que confirma que el primer año el momento «más delicado desde el punto de vista del abandono y, una vez superado este momento y a medida que el estudiante va permaneciendo en la universidad», las probabilidades de dejarlo se van haciendo cada vez más remotas.

La vicerrectora de Coordinación Académica y Calidad de la UR coincide con las conclusiones del informe y apunta que esta circunstancia puede deberse a múltiples razones, «como la dificultad de integrarse en el grupo o la añoranza de familiares y amigos» para jóvenes de fuera de La Rioja.

Para intentar paliar estas carencias, ya está funcionando este curso el programa 'Mentor estudiantes', que consiste en el apoyo de un compañero experimentado,  de segundo curso y siguientes, que comparte su experiencia universitaria con alumnos de nuevo ingreso durante los primeros meses de la carrera. 

«Le aconseja para que conozca los distintos edificios universitarios, servicios, profesores e instalaciones desde un punto de vista más cercano», explica Mendoza, que informa de que estos mentores, a su vez, están tutorizados por un profesor que les da cursos y orienta.

«Están todos muy contentos, tanto los mentorizados como los mentores», afirma la profesora, que apunta que ha tenido «bastante éxito», se les ha premiado con algunas ventajas y ha permitido dar cobertura a todos los alumnos que lo habían solicitado.