Ubicada en el inicio de la actual calle Portales, hasta hace unas décadas se erigía una vistosa fachada, enlucida con tres medallones alegóricos. Pese a su ornamentación, la documentación que existe sobre la citada casa es bastante escasa.
Según el libro Apuntes Históricos de Logroño, publicado en 1943, mencionaba al menos cuatro casas con pinturas semejantes en la calle Portales. De todas ellas, en ese año únicamente quedaba la 'casa de los medallones', pues su autor relata que hubo una casa con escenas mitológicas correspondientes al rapto de Europa y al nacimiento de Venus, en la confluencia de las calles Portales y González Gallarza y que fue derribada.
Igualmente, señala que en el encuentro entre las calles Merced y Portales existía un edificio que tenía unos medallones bajo el alero que representaban, entre otros, al monarca Carlos III. Aquellos retratos fueron pintados enlucidos posteriormente, según refiere este autor, que añade que las pinturas se podrían asemejar a las pinturas de las iglesias de La Redonda y Palacio, realizadas por el famoso artista José de Vexes.
Tristemente, solo se conservan fotografías conocidas de la 'casa de los medallones'. El inmueble tenía tres alturas, con dos ventanas en cada piso, transformadas en balcones. En cada piso se colocaba un medallón circular que recogía a una figura femenina, realizando una labor. Pero la ornamentación, en forma de esgrafiados se extiende a los marcos de los balcones, que se decoran con frisos y pilastras fingidas. En sus bajos, realizados en la fachada con piedra de sillería, se asentaron locales dedicados al comercio. En este primer nivel, la casa contaba con tres puertas cuadrangulares.
Testigo de excepción. No hay disponible mucha más documentación sobre propietarios o residentes de esta señalable casa, que acompañó al fluir de la vida de Logroño durante dos siglos. Su posición estratégica la hizo testigo de importantes eventos, como el entierro del general Espartero, la visita de Alfonso XII y Alfonso XIII, o incluso, se coló en las primeras fotografías de la ciudad de Logroño, realizadas por un aprendiz de Francis Frith y J. Laurent en 1863-1865. Frente a su puerta discurrían también los principales actos festivos de la ciudad y otras ceremonias públicas, como las procesiones de San Bernabé o desfiles militares.
Según explica Federico Soldevilla en una de sus píldoras históricas, en el bajo de la casa estuvieron situadas las taquillas de la empresa La Estellesa, antes de trasladarse a Avenida de Navarra
El final del inmueble llegó en 1955, cuando se dio orden de derribarla para construir un edificio moderno, más alto y mucho menos artístico que su predecesor, ubicándose en su bajo el famoso estudio fotográfico de Paya.