Nuevos proyectos en Standard Profil despejan el camino futuro

Feli Agustín
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A pesar de la cautela, los sindicatos esperan nuevas contrataciones para una plantilla mermada

Planta de fabricación de juntas de estanqueidad para el automóvil Standard Profil. - Foto: El Día

Aunque paulatinamente y con cautela, parece que los oscuros nubarrones que se han cernido durante más de dos años sobre el sector automovilístico se van disipando. A pesar de que la incertidumbre por la escasez de microchips o el precio de materias primas y la energía sigue cerniéndose sobre el sector, nuevos pedidos abren el camino para una de las fábricas riojanas de componentes de  automóvil, Stantandar Profil, con plantas en los polígonos logroñeses de La Portalada y Cantabria.

Así se lo comunicó el pasado viernes a los representantes de los trabajadores la dirección de la compañía, que avanzó que en 2023 se espera que la compañía arranque nuevos proyectos, como  Ineos Granadier, tres plataformas para Stellantis, Aston Martin, dos modelos de Mercedes (un descapotable y un compacto) e incluso juntas de puerta para Opel y Peugeot para la plantas de Zaragoza, que garantizan la capacidad productiva.

Así lo explica Fernando Galán, delegado sindical de Comisiones Obreras en Standard Profil, que relata que trabajan con «importantes» clientes, como Tesla, Aston Martin o Mercedes, que, no obstante, realizan pedidos de menor envergadura «que los utilitarios», como Opel o Volkswagen. 

«Parece que las perspectivas son bastante buenas para el año que viene», añade el representante sindical, al que las perspectivas le hacen augurar que podrán poner fin a los ERTE, que llevan arrastrando desde que estalló la pandemia, aunque del último -el tercero- no han tenido «prácticamente» que echar mano. 

Las paradas de las grandes plantas de fabricación de automóvil PSA o Renaul, la compañía fabricante de juntas de estanqueidad, las  ha superado gracias a lo días de fiesta de San Mateo; de hecho se prevé que en octubre tampoco sea necesario usarlo. «También porque tenemos la plantilla muy mermada», asegura Galán, que calcula que el número actual de trabajadores es un 40% inferior a 2019. «No hay eventuales, no se han cubierto las jubilaciones y ha habido salidas anticipadas», señala el representante sindical, que cifra el volumen de la plantilla en 450 activos frente a los  más de 800 en época prepandemia.

Así pues, los nuevos proyectos harán necesario contratar nuevos trabajadores - «ahora estamos con la plantilla justa», asegura Galán que se muestra, en cualquier caso, cauto. Con encargos de países como Estados Unidos, India o México, la empresa calcula finalizar el año 2023 con una facturación de 100 millones, 20 más que este. A pesar de los aspectos positivos, destaca la necesidad de ajustar los salarios al importante incremento de precios. «Tenemos un convenio hasta 2023, con subidas irrisorias a comparación de la del IPC», constata el representante de CCOO, que apunta que el aumento previsto para este año y el próximo es del 2,2%. «Cuando haya que renovarlo, habrá que mirar a ver cómo ajustamos los salarios al IPC», avanza.