El Ayuntamiento someterá a debate su plan peatonal

Gustavo Basurto
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Un debate ciudadano decidirá si las actuaciones de prioridad peatonal por el COVID-19 en calles de Logroño se convierten en definitivas. San Antón tendrá aceras más anchas para separar el tránsito de peatones de las colas de entrada a las tiendas

El Ayuntamiento someterá a debate su plan peatonal - Foto: Ingrid Fernández

La crisis sanitaria por el COVID-19 ha cambiado nuestras vidas y puede que acelere el nuevo modelo de movilidad amable del Ayuntamiento de Logroño. El equipo municipal de Gobierno tiene pensado llevar a cabo un proceso de participación ciudadana, que no ha podido realizarse por la emergencia sanitaria, para pedir opinión a vecinos y comerciantes y decidir si los cambios acometidos, por ejemplo, en la calle Fundición, o el proyecto previsto en Vara de Rey, para quitar espacio a los vehículos y dárselo a los peatones, se consolidan como definitivos o se reconsideran.

«Hay algunas quejas, que entendemos razonables, porque no hemos tenido la posibilidad de hacer ese debate previo; lo que estamos haciendo no deja de ser una propuesta de actuación en el espacio público, que será sometida a debate», explica el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero. La impresión hasta ahora es que esos planes de mayor protagonismo para peatones y ciclistas tienen buena aceptación, pero en cada zona se sondeará la opinión social, matiza Caballero. 

A las primeras actuaciones ya anunciadas en Vara de Rey y en el barrio de Madre de Dios, dentro de lo que el Ayuntamiento ha denominado como estrategia ‘Logroño calles abiertas’, se unirán otras muchas calles que tienen menos de tres metros de anchura, que es la distancia requerida para que dos personas se puedan cruzar manteniendo las condiciones de seguridad sanitaria. En esa lista de ‘calles abiertas’ figuran también Gonzalo de Berceo, República Argentina, Sagasta, Siete Infantes, Fundición y Guardia Civil.

En el caso del barrio de Madre de Dios, el plan de intervención es tan ambicioso que se desarrollará en cuatro o cinco fases. En primer lugar, se actuará en la calle Emilio Pérez Francés, con el desvío del tráfico a la altura de la biblioteca Rafael Azcona. En la siguiente fase le tocará el turno a la calle Cantabria, con otro desvío de tráfico en la zona del colegio hacia la Ruperto Gómez de Segura. Además, el ‘área pacificada’ de Madre de Dios se completará con la creación de puertas de entrada, que señalarán a viandantes y conductores que acceden a una zona con prioridad peatonal.

Las ‘áreas pacificadas’, como la de Madre de Dios, y a la que sucederán otras 13, entran en la categoría de ‘zonas 30’, en las que se busca un ‘tráfico calmado’ mediante medidas como la reducción de anchura de carriles o evitar que las calles interiores se utilicen como atajos del tráfico rodado. 

A diferencia de las calles S-28, señaladas con un cartel azul y donde la prioridad del peatón es tal que incluso los niños pueden jugar en la calzada, en las zonas 30 los peatones están autorizados a cruzar por cualquier punto de la calle, pero no está permitido la estancia en la calzada.  

¿Cómo será el Logroño del futuro con los nuevos planes de movilidad? No hay un modelo único para todas las calles, porque, como explica el concejal, en algunos casos se han realizado intervenciones en tramos concretos de una calle, en otros se ha actuado en su totalidad; hay planes para todo un barrio, como en Madre de Dios, y otros para una calle del viario principal, como ocurre con Vara de Rey, donde se estrechan los cuatro carriles para reducir la velocidad, se elimina una banda de aparcamiento, se duplica el espacio peatonal y se crea el primer carril bus de la ciudad. 

106 calles donde actuar. En el desarrollo de todos los cambios previstos en el Plan de Movilidad tendrá mucho que ver la marcha de la desescalada del coronavirus y las distintas fases de alivio hacia la nueva normalidad. Pero ejecutar la totalidad del plan exigirá una actuación de gran envergadura. Las cifras así lo indican: hay 106 calles con aceras de menos de 2,5 metros de anchura, y el objetivo es intervenir en todas ellas, aunque habrá que priorizar.

En Vara de Rey, por ejemplo, el tráfico rodado se come actualmente el 70% de la calle y solo queda el 30% para peatones y otros usos, aunque hay calles en donde se llega al 80%-20%, como ocurría en Gonzalo de Berceo, antes de la ampliación que se ha hecho para ganar espacio para los peatones.

Un icono del comercio logroñés es la calle San Antón. Ahí, al igual que en otras arterias de mucha concentración comercial, tiene previsto actuar también el Ayuntamiento para ensanchar las acera, de manera que haya al menos 4 metros, que garanticen la separación suficiente entre el paso de peatones y las colas que se forman en la entrada a los comercios.

En el campus universitario, al tramo de la calle Cigüeña peatonalizado en 2019 se unirá este año la apertura de la calle Piscinas para conectarla con Madre de Dios.