Un año después de la entrada en vigor de la modificación de la reforma legal que impone el límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en las ciudades, «el día a día en Logroño sigue siendo igual». Al menos, así lo percibe el presidente de Unitaxi Rioja, Roberto López. Una voz, desde luego, autorizada para el análisis del tráfico urbano en la capital riojana con doce horas al día al volante, durante cada día. Evidentemente, «hay quien cumple los límites de velocidad y hay quien no». Los datos facilitados por Roberto López indican que un taxi en Logroño circula de media a entre 19 y 20 kilómetros por hora, por debajo incluso de los límites de 30 kilómetros por hora impuestos en la modificación del reglamento. Son datos recogidos por los ordenadores de los propios vehículos de servicio público. Ahora bien, hay que tener en cuenta que esta velocidad de circulación arroja una media y que «hay conductores más tranquilos, pero también otros más nerviosos». En cualquier caso, no se trata de una velocidad seleccionada de forma voluntaria, sino consecuencia del hábitat circulatorio que se genera en el día a día de Logroño. 

Una velocidad media en la que también influye el número de obras actualmente en ejecución en la capital riojana. El presidente de los taxistas recuerda así el nudo de Vara de Rey o República Argentina.

Un año después de la entrada en vigor de las limitaciones, desde el Ayuntamiento solo realizan una valoración basada en percepciones subjetivas y sensaciones a la espera de cuantificar sanciones por excesos de velocidad. Un dato que arrojará una visión más objetiva del grado de cumplimiento de las limitaciones de velocidad. De momento, la sensación tanto para el Consistorio, como para el presidente de los taxistas riojanos, llevan a afirmar que «la mayoría de los conductores ha asimilado las limitaciones». En la misma línea se expresa Julio Romero, de Logroño en Bici, para quien la medida «es el mayor logro conseguido para la seguridad vial». Ahora bien, Julio Romero ve necesario incrementar las medidas de control para garantizar la seguridad ya que «estamos detectando bastantes problemas en el eje ciclista este-oeste de Logroño», cita a modo de ejemplo. Uno de los grandes objetivos que motivó la modificación del reglamento se centraba en la reducción de los accidentes de tráfico en el seno de las ciudades y, fundamentalmente, de los atropellos y sus consecuencias. 

En este sentido, el cierre del ejercicio 2021 contabilizó 80 atropellos en las calles de Logroño teniendo en cuenta además que Ciudad 30 arrancó en el mes de mayo. En 2020 la capital riojana registró 59 atropellos si bien no supone un ejercicio de referencia debido a las limitaciones de movilidad existentes a causa de la pandemia. Por su parte, el año 2019 contabilizó 111 atropellos y 2018 un total de 109, siempre en base a los datos del balance que elabora año a año el Ayuntamiento de Logroño. Si nos remontamos al año 2011, el número de atropellos se dispara hasta los 150. En cuanto a 2022, no  existe (a fecha de ayer) un recuento oficial, si bien hasta abril se produjeron al menos, diez atropellos, uno de ellos con una víctima mortal. 

En cualquier caso, «la percepción subjetiva», como detallan desde el Consistorio, es que los conductores «han interiorizado las limitaciones de velocidad». O dicho de otra forma, los peatones puedan caminar más tranquilos teniendo en cuenta que «siempre ha habido locos al volante y los sigue habiendo», concluye el presidente de los taxistas riojanos.