2023: el año de la recuperación

SPC
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Los expertos financieros del BBVA confían que el próximo ejercicio será propicio para superar el debilitamiento económico, aunque hablan de prudencia ante los riesgos patentes

La incertidumbre y la volatilidad serán la tónica de los próximos trimestres, tanto en España como en el resto del mundo. - Foto: E.P.

El escenario económico internacional atraviesa una de sus etapas más complejas de predecir después de la llegada inesperada en 2020 de la pandemia de la COVID-19 o del conflicto bélico de la guerra de Rusia en Ucrania que no solo ha frenado la recuperación sino que ha incrementado los riesgos de una crisis más profunda.

En este contexto de incertidumbre y volatilidad de los mercados, el servicio de Banca Privada de BBVA en España ha presentado sus previsiones económicas y de mercados para 2023, un ejercicio que parte con un buen pronóstico para los inversores, pero en el que aún debe imperar la prudencia ya que, según indican, persisten numerosos riesgos. Los expertos explican que «el 2023 será el año de la recuperación de los mercados financieros mundiales», a pesar de presentarse todavía como un curso muy complicado en cuanto a la actividad económica. 

Para estos expertos, la renta variable, por su propia naturaleza, tiene potencial para recuperar las pérdidas acumuladas en 2022 en un tiempo relativamente corto, mientras que las caídas de la renta fija necesitarán más tiempo para recuperarse, aunque el año 2023 será mucho más propicio para este activo de lo que ha sido 2022. 

El BBVA Research señaló que el crecimiento de 2022 se ha revisado al alza en prácticamente todas las geografías y, por tanto, esto supone un mejor punto de partida para arrancar 2023, aunque los riesgos persisten. En el caso de España, el crecimiento para el próximo año se situaría en el 1,2% (desde el 1% anterior) y, en 2024, se aceleraría hasta el 3,4%, una vez que se disipen algunas de las incertidumbres que afectan a familias y empresas. 

En cuanto a Europa, Sonsoles Castillo, economista Jefe de Análisis Económico y Financiero en este organismo, anticipa que va más adelantada en el proceso de desaceleración por el efecto de la crisis energética, por lo que el PIB de la zona euro podría prácticamente estancarse en 2023 (-0,1%) frente al crecimiento del 3,2% en 2022.

En EEUU, sostiene Castillo, la recesión técnica podría venir un poco más tarde, en el segundo trimestre.

En China, por su parte, cabe esperar una aceleración del PIB en 2023 hasta el 5% desde el 3,6% en 2022. Si bien, hay riesgos a corto plazo en función del impacto que tenga el levantamiento de las restricciones ligadas a la política de covid-zero y las medidas de soporte al sector inmobiliario.

En relación al IPC, Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research, también explica que parece haber tocado techo en Estados Unidos. Sin embargo hay más dudas en Europa, a la espera de que los próximos meses confirmen las primeras señales de disminución de la inflación que han empezado a observarse. El mejor comportamiento del componente energético explica esta moderación, aunque la disminución de la inflación subyacente va a ser más lenta.

En cuanto a las subidas de tipos, Sonsoles Castillo anticipa que aún no han terminado, ya que queda algo de recorrido en la primera mitad de 2023. La FED podría situar los tipos al 5%, mientras que el nivel de llegada del Banco Central Europeo se situará por encima de lo inicialmente previsto, claramente por encima del 3%. Así las bajadas de los intereses tardarán en producirse.

Energía y petróleo

Asimismo, Álvaro Manteca, responsable de Estrategia, y Roberto Hernanz, responsable de Mercados de Banca Privada de BBVA en España, advierten que la evolución que puedan tomar las materias primas en 2023, sobre todo las energéticas, continúa siendo uno de los grandes riesgos de los próximos meses. 

En este sentido, explican que buena parte de la espiral desinflacionista actual se basa en la caída que han experimentado los precios del petróleo y del gas natural. 

Es probable que los costes del crudo continúen siendo elevados debido a la posible reducción por parte de la OPEP del nivel de producción así como los incentivos de la industria para aumentar la capacidad de producción que parecen limitados, o las dudas sobre el efecto que tendrá el tope de precio al petróleo ruso sobre la oferta mundial.

En este sentido, advierten que uno de los grandes retos del 2023 será garantizar el suministro de gas y, a poder ser, con un nivel de tarifas que no erosione la competitividad de las economías europeas.