El alto Najerilla presume, con derecho propio, de buenos productos de la tierra. A algo más de 600 metros de altitud, y con la sierra gobernando sobre el horizonte de los municipios de la zona, Anguiano ofrece una legumbre sin comparación. Su tierra, de la que cada temporada brotan entre 30.000 y 32.000 kilogramos de alubia, aportan «esa piel final» que entre otras cualidades conforman la alubia de Anguiano. Son 35 productores los que acompañan esta actividad con otra como la ganadería y que «consiguen así unos ingresos extra», señala Nacho Ruiz, director ténico de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Alubia de Anguiano.
Directamente unido a estos ingresos extra, los propietarios de los terrenos en los que se cultiva la legumbre «viven en Anguiano», plantando cara a los azotes que propina la despoblación en el medio rural. De hecho, la Junta Directiva de la DOP, destaca Ruiz, «tiene una media de edad de cuarenta años». Una juventud que aporta y mucho a esta encarnizada lucha por mantener la vida en el medio rural.
Con todo, Anguiano se viste de gala este domingo para recibir a unas dos mil personas llamadas por el Festival de Alubia. Una cita que retoma su actividad tras dos años de obligado parón pandémico y que regresa con la misma ilusión de antes. Además de la tradicional degustación, se sortearán dos menús «para degustar en los restaurantes» de la localidad riojana. Otro dato que viene a confirmar el dinamismo de Anguiano, «el pueblo tiene tres restaurantes y un cuarto en el monasterio de Valvanera que también pertenece a Anguiano», concreta el director técnico de la Denominación de Origen.
Su piel fina y el hecho de salir con un tamaño más reducido, hacen de la alubia del Alto Najerilla una «legumbre muy gustosa de comer», detalla Nacho Ruiz. Un hecho que viene a confirmar su calidad surge de los destinos de ventas. Antes se comercializaba prácticamente en exclusiva en el ámbito de la Comunidad autónoma. Actualmente se envían alubias a Barcelona, Zaragoza, Sevilla o Tenerife. Todo ello en un contexto que no siempre fue así. En tiempos, este cultivo estuvo a punto de desaparecer. Afortunadamente sigue dando pasos firmes.