Los peligros de los deportes de invierno

Pilar González (EFE)
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Salir a la nieve o calzarse unos patines para deslizarse por la pista de hielo entraña riesgos que, si no se toman precauciones, pueden acabar en huesos rotos o problemas en los músculos y tendones

El esquí y el patinaje sobre hielo son dos de los deportes de invierno que más se ejercitan en España, por lo que resulta conveniente que sus aficionados conozcan los tipos de lesiones a las que están expuestos. En general, suelen estar provocadas por gestos incorrectos o malas prácticas. Las más graves afectan a las rodillas, mientras que las más frecuentes son las de ligamento cruzado anterior y los esguinces de los ligamentos colaterales, pero se pueden prevenir.

Además, al ejecutarse en condiciones meteorológicas adversas -bajas temperaturas, humedad, hielo, nieve dura… para una práctica 100 por 100 segura se necesita una adecuada preparación física;  buena técnica, tanto en su desarrollo como en las caídas; y un equipamiento especial.

Según detalla el  doctor Marco Antonio Strocchia, del equipo Traumatología EQAL del Hospital Nuestra Señora del Rosario, las lesiones más graves se centran en las extremidades inferiores, sobre todo en las rodillas, porque es la parte del cuerpo que más presión soporta en su ejercicio.

Junto a las ya mencionadas, son habituales las que afectan a los hombros y las manos, así como las relacionadas con la velocidad y la intensidad de la práctica, que pueden conllevar traumatismos craneoencefálicos y lesiones de la columna vertebral.

Si se mira desde un lado positivo, apunta el especialista, estas disciplinas de invierno reportan numerosos beneficios, como mejora de la coordinación, aumento del equilibrio, incremento de la resistencia física, fortalecimiento de la musculatura o refuerzo de los huesos y las articulaciones, entre otras.

Estas son, según el traumatólogo, las más habituales:

Lesiones de rodilla

La rodilla es una de las articulaciones que más sufre en los deportes de invierno como el esquí o el snowboard. Si al correr o cambiar de dirección sobre un suelo sólido ya se efectúan grandes fuerzas sobre la articulación, ir a velocidades más altas sobre terreno deslizante supone más riesgo. Como consecuencia, explica Strocchia, se originan, por ejemplo, las roturas de ligamentos, al torcer bruscamente la pierna mientras está en contacto con el suelo. Tanto los ligamentos cruzados como los ligamentos colaterales  pueden verse afectados en este escenario; también pueden darse lesiones de los meniscos.

Otra lesión frecuente, continúa el experto, son los edemas óseos, mayormente tras una caída.

Luxación de hombro

Sufrir una dislocación del hombro también es común en los deportes de invierno; de nuevo, la primera causa son las caídas.

Nos caigamos hacia el lado que sea, a no ser que sepamos colocar el cuerpo, lo lógico es que apoyemos directamente la mano o, si no nos da tiempo, caigamos con todo el peso sobre el hombro.

Fracturas

Es frecuente romperse la muñeca (fractura de Colles o de escafoides) si se apoya la mano al caer.

Otras veces puede ocurrir que lo que se rompa sea la clavícula o que ocurran fracturas proximales de húmero y escápula, al caer de lado o de frente. También son relativamente habituales fracturas de otros huesos de las extremidades, como el codo.

En casos graves de caídas hacia atrás o a gran velocidad el traumatismo vertebral puede provocar una lesión medular y, por ende, una parálisis permanente.

Esguinces

Hay varios que son frecuentes en los deportes de invierno. Así, en el patinaje, los esguinces de tobillo están a la orden del día.

Otras

También está el pulgar del esquiador, una lesión muy común entre los esquiadores que se produce cuando al caer se dobla la mano hacia atrás, generalmente para sujetar el palo de esquí.

Hay otras como las lesiones músculo tendinosas (distensiones  o  roturas fibrilares, entre otras) y están también las de cabeza y cara. Estas no son frecuentes, pero sí que pueden tener consecuencias importantes.

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